Una cooperativa jujeña está intentando trasformar los papines andinos, y los coloridos maíces de la misma zona geográfica en productos más elaborados como puré y fideos aptos para celíacos. Su nombre es Cauqueva (Cooperativa Agropecuaria y Artesanal Unión Quebrada y Valles) y opera desde hace 22 años con unos 150 pequeños productores de Maimará y de todos los vallecitos de la Quebrada de Humahuaca.
“Trabajamos con productos derivados, ya transformados, con la idea de que el valor agregado quede en origen”, dijo a Bichos de Campo Martín Cruz, socio de la cooperativa. Es así como de la papa elaboran puré de papas, de los maíces fideos para celíacos, y la lista sigue.
Para llevar a cabo todo ese proceso, Cruz explicó que “tuvimos que hacer un arduo proceso de capacitación al personal para certificar la planta libre de gluten, y modificar la estructura edilicia, ya que lo que habíamos hecho en un inicio era para conservar la cultura del lugar”.
Cruz también explicó que la cooperativa integra la Federación de Organizaciones de Productores de Alimentos (FOPAL), una entidad nacional que refuerza la capacidad comercial de sus miembros en todos los eslabones de la cadena productiva.
Mirá lo que nos decía Martín Cruz:
A la hora de evaluar los inconvenientes más grandes de estos productores, Cruz comentó que “lo que más nos encarece el producto es el flete”; además, dijo que al ser Jujuy una provincia limítrofe, “el contrabando de Bolivia nos obligó a vender el producto transformado”. Es que resulta imposible competir, para los productores de la Quebrada, con los cargamentos de papines y maíces a granel que ingresan al mercado local desde Bolivia.
Para dar un ejemplo concreto del daño que les ocasionó el contrabando de Bolivia, Cruz denunció que “hace unos años le habíamos dado semillas a La Poma en Salta, una zona parecida a la nuestra, y al año siguiente nos trajeron 112 toneladas, que para nosotros era mucho, y por eso tuvimos que tirar la mitad de nuestra producción”.
“La gente de Buenos Aires, que solía comprarnos 1.500 kilos cada 15 días o de forma semanal, pasó a comprarnos 5oo kilos por mes; y además descubrimos que ellos compraban de contrabando y poniendo nuestras etiquetas”, se quejó Cruz.
El cooperativista dejó en claro que la clave pasa por no producir demás para no derribar los precios: “Tuvimos que transformar nuestros productos, dejando de acopiar y agregando valor, ya que los productos a granel, aunque no los dejamos de lado, no nos están dejando rentabilidad”.
Sobre el diferencial de precios que pueden obtener en el mercado local o en mercados como el de Buenos Aires, el productor declaró que “mientras que en Tilcara podés colocar un kilo de papines a 30 o 40 pesos, en ferias y mercados bonaerenses podés vender ese mismo kilo a 70 pesos. No obstante, ese precio debería ser mayor”, aclaró.