Andrés Costamagna, que dirige una publicación especializada llamada Ganados y Carnes, considera que el actual escenario que afronta el sector ganadero ante el cierre abrupto de las exportaciones de carne es más sencillo de explicar con una metáfora. “Es como una locomotora, que venía a media velocidad y acelerando, que vos frenas y los vagones le pasan por arriba”, señaló el ingeniero agrónomo, que además es especialista en mejoramiento genético y nutrición de bovinos.
“Nos hace perder tiempo porque básicamente durante mucho tiempo vos venís construyendo cosas. Los mercados, si bajas 100 o 200 dólares, probablemente los recuperes. Pero el tiempo perdido no lo recuperás y lo ocupa otro”, remarcó.
-¿Vos ves que el mayor impacto está en la pérdida de credibilidad?- le preguntamos.
– Sí. Vas a una mediocridad en la cadena. No va a haber inversiones, la gente va a dudar y hasta que la convences de avanzar perdiste tiempo.
Mirá la entrevista completa a Andrés Costamagna acá:
Luego del cierre de exportaciones en 2006, recuerda Costamagna que comenzó un proceso de desinversión y desinterés en el sector productivo relacionado a la baja en las rentas percibidas. Doce años después, los frigoríficos comenzaron a invertir y para Costamagna se notó incluso en el aumento récord en los números de la cámara de inseminación artificial, o en el récord en la aplicación de vacunas o en el aumento de la compra de suplementos naturales. Todas señales de un productor invirtiendo para mejorar sus indicadores.
“La gente le estaba poniendo plata para mejorar. No lo permitió el gobierno ni ninguna política de estado. Fue solo la demanda china que nos permitió acomodar el stock”, aseguró.
-¿La demanda china ponía en riesgo el abastecimiento interno?
-No para nada. Si pones mas carne en el mercado no te la compran. El mercado está abastecido más allá de que el consumo baja desde 1990. Si miras las crisis económicas de Argentina, cada vez que hay crisis baja el consumo de carne porque se vuelve cara, aunque en realidad se vuelven barato los sueldos e ingresos en relación a los productos.
¿Había otras opciones? A esta altura sabemos que sí, y para Costamagna una alternativa que podría haberse aplicado es lo contrario a lo que terminó ocurriendo: había que aumentar las exportaciones para conseguir productos más baratos.
“Si querés levantar el peso de faena para que no haya novillitos livianos y que cada unidad produzca más, levántalo. Eso no sería problema y se permitiría exportar más. Abrir más mercados para que en la integración te queden cortes baratos”, explicó.
Si bien esta solución se ha barajado muchas veces en el pasado, para el ingeniero no se aplica porque no es la política que el oficialismo quiere llevar adelante.
“El punto acá a identificar cuál es el problema que tiene el gobierno, si uno electoral o económico. Porque si vos usas la inflación como política de Estado para licuar el gasto público, no te interesa tanto que baje la inflación. Si esa es la política estamos fritos”, enfatizó.
-Al gobierno que cierra la exportación de carnes, ¿no le interesa entonces lo que pase con las carnes?
-No, lo de las carnes es una prueba como fue en el 2006. Es una prueba para ver el punto de dolor del sector y que se arme una bolsa de gatos y se maten entre ellos. Me parece que eso está haciendo el gobierno, con un interés electoral obviamente.