El gobierno de Javier Milei parece decidido a apostar en serio por una modernización de la ganadería. Además de remover las trabas para exportar e incluso reducirle el nivel de las retenciones, en los próximos días se anunciará que al menos la primera tanda de caravanas electrónicas necesarias para dar el salto hacia la identificación individual de los bovinos será costeada en su totalidad por el propio Estado.
Fuentes del sector contaron extraoficialmente a Bichos de Campo que en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca ya trabajan en la confección de un pliego de licitación para comprar al menos los 15 millones de caravanas que se requerirán en 2025 para identificar a cada uno de los terneros que se calcula nacerán ese año, a partir de un stock de unas 22 millones de vacas. De ese modo se pondrá en marcha un proceso que debería llevar cuatro o cinco años, hasta completar la muda de las caravanas actuales, que no tienen un chip y apenas permiten una trazabilidad de los bovinos por lotes.
Con las nuevas caravanas electrónicas que comprará directamente y distribuirá gratuitamente a los más de 150 mil ganaderos o propietarios de bovinos que existen en la Argentina para que coloquen en la oreja de los animales que vayan naciendo, la idea es poder mutar de un sistema de identificación grupal -impuesto por las exigencias de la Unión Europea a principios del milenio- a uno individual, como el que eligió Uruguay con grandes resultados.
El anuncio de una licitación pública para que sea el estado quien pague ese insumo veterinario (en realidad cada caravana es un juego de dos piezas, una para cada oreja del bovino, aunque solo una de ellas contiene un chip que puede ser leído por un bastón especial para trabajar con el ganado), trata de vencer la resistencia que mostraron algunas entidades de productores que objetaban no solo el costo que significaría para los productores sino sobre todo la obligatoriedad de esta política. Para muchas entidades rurales, la adopción de esta tecnología debería seguir siendo voluntaria, como hasta ahora sucede.
Con la adquisición pública de cerca de 15 millones de caravanas electrónicas para el operativo 2025, la Secretaría de Agricultura intentará acallar esa polémica y quitar argumentos a quienes se resisten a este cambio. Para ello debería destinar un presupuesto de mínima de 15 millones de dólares, ya que el costo de cada caravana electrónica se estimaba oficialmente en 1 dólar. De todos modos, fuentes del sector proveedor de caravanas dijeron a este medio que el valor actual del mercado es bastante superior, de entre 1,4 y 1,6 dólares por unidad. Habrá que ver, entonces, el resultado de la licitación.
La idea de dar el salto hacia la trazabilidad de cada vacuno fue lanzada intensamente desde el comienzo de la gestión de Milei, en diciembre pasado, aunque por un funcionario que salió eyectado del gobierno de mal modo, el ex titular de Bioeconomía, Fernando Vilella. El catedrático pensaba comenzar a exigir la identificación electrónica individual a partir de enero del año próxima, aunque por las divergencias surgidas con las entidades del campo finalmente no emitió ninguna resolución.
Reemplazado por el actual secretario de Agricultura, el productor Sergio Iraeta, el organismo no modificó su posición, ya que está convencido de que este cambio tecnológico en la identificación de los bovinos traerá aparejado un salto de calidad en los manejos ganaderos que finalmente repercutirá en una mayor productividad de los rodeos de cría y garantizará a los consumidores locales y extranjeros conocer la trazabilidad de la carne que comen.