El Ministerio de Agroindustria acaba de informar un nuevo e importante salto en las exportaciones de carne vacuna. El dato es que en julio se exportaron 48.000 toneladas res con hueso, lo que significa un salto del 70% en la comparación con el año pasado. Aunque la mayoría de esa carne es de vaca y se va para China, la recuperación exportadora también presiona sobre la demanda del tradicional novillo argentino. Por eso los grandes frigoríficos se ven obligados a afilar la punta del lápiz para asegurarse una buena oferta de hacienda.
Miguel de Achával, el director de Ganadería del frigorífico Swift (antes era de JBS, pero ahora quedó en manos del grupo brasileño Minerva), explicó a Bichos de Campo que en su caso están haciendo contratos forward (con entrega a futuro) en dólares con los productores, para asegurarse la provisión de mercadería.
“Estamos comprando novillos en dólares en un período de 30, 60 y 90 días. Esto hace que los exportadores trabajemos con la misma moneda con la que compramos y vendemos; y a su vez los productores pueden operar con dólares en bancos, dado que cobran en esa moneda, y por ende pueden pedir dólares a una tasa mucho menor que en pesos”, señaló De Achával. Por cierto, operar en dólares es un reaseguro para os ganaderos en estos días tumultuosos de devaluación combinada con una fuerte inflación en pesos.
Según el directivo de Swift, que encabeza el listado de empresas epxortadoras de carne, el beneficio es mutuo, ya que el frigorífico puede planificar sus faenas y cumplir los contratos con los compradores del extranjero, mientras que los productores también pueden cerrar sus costos y calcular rentabilidades.
Escuchá el reportaje completo a Miguel de Achával:
De Achával también analizó lo que está pasando con los embarques de la industria. “Tanto el productor como la industria esperaban que Argentina fuera de vuelta una gran exportadora de carne bovina. Se dio de forma más rápida y grotesca con el movimiento del dólar y es una actividad que derrama mucho trabajo en todo el interior del país”, reflexionó.
Pero De Achával consideró que “con la genética tremenda que tiene Argentina, es de muy mala praxis seguir soñando con animales de 350 kilos de peso”. Así opinó que la ganadería debería elevar el peso promedio de faena, que actualmente es muy bajo por la prevalencia de animales livianos.
El directivo de Swift también pidió “tener mucho cuidado con China, ya que no es infinita su demanda. No nos va a pedir carne de vaca toda la vida que encima es carne industrial. Es un gusto amargo para nosotros los exportadores, que queremos generar productos buenos de la genética. Parece que todavía no le enganchamos la parte productiva a ese eslabón”.