Para algunos empresarios agropecuarios argentinos (y también uruguayos) los regalos de Navidad ya llegaron en forma de importantes precipitaciones que permitieron mejorar la situación hídrica en un momento crítico de la campaña de granos gruesos.
En las últimas dos jornadas se registraron acumulados significativos en parte del sudoeste, centro y sudeste bonaerense, así como también en San Luis, parte del norte de Córdoba y el sector este de Entre Ríos. También hubo excelentes aportes de agua en Salta, Chaco y el norte de Santiago del Estero.
Sin embargo, las precipitaciones siguen “esquivando” zonas que vienen arrastrando déficits hídricos severos y que necesitan aportes urgentes de agua para evitar que, una vez fracasada la campaña de siembras tempranas, suceda lo mismo con las tardías.
Buena parte de la zona norte de la región pampeana argentina sigue en estado desesperante, lo que compromete la oferta argentina de granos gruesos 2022/23, dado que se trata de uno de los sectores más productivos del país.
Tucumán, el sur de Santiago del Estero y buena parte del centro-norte de Santa Fe también siguen esperando precipitaciones abundantes que recompongan la sequía presente hace semanas.
El déficit hídrico está lejos de ser un problema solamente para el sector agrícola –que es el principal generador de divisas en la actual coyuntura argentina–, dado que también está liquidando la oferta forrajera en pasturas y pastizales, lo que obliga a “liberar” campos y, de esa manera, saturar el mercado de hacienda en un momento en el cual lo precios de la carne vacuna muestran un retraso histórico respecto de la inflación promedio de alimentos.
Alerta máxima: La canasta cárnica vacuna acumula un retraso inflacionario de casi cuarenta puntos