Por Nicolás Razzetti.-
“Tranqueras adentro, la producción porcina argentina es de las más competitivas del mundo, junto a la de Brasil”. Así explica el crecimiento que se registró en los últimos años Pablo Santa María, asesor en genética de la empresa Agroceres Pic y una de las personas más empapadas de la realidad de ese sector productivo.
En un reciente seminario organizado por esa empresa en San Nicolás se analizaron los diferentes aspectos que confluyen y explican el impulso a la producción de la carne porcina. Esta carne es la más difundida en el mundo, pero en nuestro país ocupa un cómodo tercer lugar detrás de la vacuna y la de pollos.
El especialista señaló que el crecimiento del sector tiene que ver con la buena disponibilidad de granos, lo que reduce los costos, además de la aceptación del consumo interno y las inversiones de los últimos años que favorecieron el incremento de la productividad.
“El costo por kilo producido difiere según el planteo de cada empresa, pero en líneas generales va a los $16 a los $19. Mientras, el valor de venta va de los $21 a los $24. Cuanto mejor se hagan las cosas, la diferencia será mayor”, apuntó el experto.
Pero la renta no está dada sólo por ese diferencial de precios sino también por la productividad: “Hace 6 o 7 años atrás un plantel eficiente vendía 2.600 kilos por madre por año y ahora 3.500 kilos. Eso tiene que ver con la mejora en la genética, en infraestructura, en manejo, etcétera. Hoy esas mismas granjas producen 800/1000 kilos más por cerda alojada”.
Santa María señaló que toda la productividad y competitividad que se logra en las granjas se pierde por los problemas en el circuito comercial, “hasta que se pone la carne en la góndola o en el barco como el valor del flete y distorsiones impositivas varias”. A modo de ejemplo citó: “Muchas veces las guías municipales son más caras de lo que se gasta en genética”.
Con respecto al crecimiento del sector, Juan Uccelli, de la Asociación de Productores de Porcinos, dijo que este año rondaría el 7/8% y que ya se llegó a un consumo de 17 kilos, lo que estaba previsto recién para fin de año.