Otto Gramajo es el presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (CACTU), provincia que aporta el 60% de la producción azucarera del país. Palabra autorizada para hablar de la actualidad del sector.
-Con estas nuevas reglas de juego, tras una elevada devaluación, ¿el azúcar está mejor o peor?– preguntó Bichos de Campo.
-Claramente peor- contestó sin dudar Gramajo-. El 90 % de la producción se comercializa en el mercado interno, así que el beneficio del dólar no nos llega. Además los precios internacionales del azúcar están bajísimos. Pero lo más relevante para los productores es la falta de financiamiento.
“La cosecha y el flete se lleva el 60 % de nuestros costos. Y sin financiamiento tenemos que salir a vender todo el azúcar inmediatamente después de la zafra”, explicó Gramajo.
Buena parte de la comercialización de la caña de azúcar en el país, especialmente en el caso de los productores independientes, se rige por el llamado Contrato de Maquila, en donde el productor entrega la caña al ingenio y este le devuelve el 60% del azúcar que sale de dicha materia prima. De modo que el ingreso que tiene el cañero para vivir todo el año es esa azúcar recibida.
“Lo ideal sería que uno pueda dividirla y venderla a 12 meses. Pero no. Hoy estamos sobreofertando el mercado en la zafra”, explicó Otto, que no dudó en responsabilizar a la falta de crédito barato por esta situación y se quejó del poder de los bancos. “Han tomado una preponderancia tremenda en nuestra producción, cobran comisiones por todo”.
Aquí la nota completa con el presidente de CACTU:
Otra vía de ingresos para el sector, además de la venta del azúcar, debería ser la veta energética, especialmente desde que en 2016 el Gobierno aumentó el corte de nafta con bioetanol, del 10 a 12%. En aquel momento también aumentó la participación de la caña de azúcar en ese negocio (antes el alcohol de caña representaba 4% de los 10 totales y hoy es el 6% de los 12 puntos actuales de corte). Pero Otto aseguró que nada de esa mejoría llegó al productor.
“La política de aumento de participación del alcohol de caña fue algo que reclamamos durante todo el 2015 y fue bueno porque nos sacó excedentes. Pero debido al egoísmo de los industriales, a los productores no nos llegó ningún cupo de alcohol, se los dividieron entre los ingenios. Y eso que Macri había dicho: esto es para los productores. Bueno, no nos llegó nada”, enfatizó Gramajo.
El cañero no cree que las mesas de competitividad impulsadas por el ex Ministerio de Agroindustria puedan resolver estas disputas al interior de la cadena. “Las mesas del azúcar igualan al productor con el industrial, cuando no debería ser así. La posición dominante existe siempre entre el chico y el grande. El Gobierno debería arbitrar esto, pero no lo hace, lo deja a un arreglo entre privados, donde la disparidad de fuerzas hacen que nosotros perdamos siempre”, evaluó Gramajo.