Por Matías Longoni.-
-¿Por qué estas noticias no salen en el diario?- me pregunta un empresario de la carne que no pudo faenar en los últimos días y tampoco lo podrá hacer la próxima semana, porque los delegados de la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne y Afines de la República Argentina (Fesitcara) están violando una conciliación obligatoria y este sábado votaron continuar el lunes con una medida de fuerza que paraliza la actividad de varias plantas importantes de faena del conurbano bonaerense.
Le contesto: “Porque la mayoría de los diarios ya no tienen periodistas que cubran específicamente los asuntos gremiales y los empresarios recién hablan cuando el agua les llega al cuello. Pero quedate tranquilo que en Bichos de Campo ponemos que hay riesgo de desabastecimiento para la semana próxima y que la carne podría subir de precio, y entonces todos los diarios van a hablar de esto”.
Más allá de la humorada, no tan graciosa, el tipo estaba realmente angustiado por la noticia de la que nadie hablaba. Los delegados de varias plantas de faena que responden a la federación gremial dirigida por Segundo Molina (que no es la de Alberto Fantini sino la otra facción en la que está dividido el historio gremio de la carne) habían votado la continuidad de un paro de actividades por tiempo indeterminado que tiene en jaque a plantas que explican una buena parte de la provisión de carne para Buenos Aires.
Entre las plantas afectadas figuran Rioplatense, Frigolomas, Visom, Ecocarnes, Compañía Bernal y Bancalari, aunque hay un par más. En conjunto explican la faena mensual de entre 60 mil y 70 mil bovinos. Tres de estos frigoríficos tienen perfil exportador, aunque como los otros operan fundamentalmente para abastecer de carne la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
El Ministerio de Trabajo decretó el miércoles pasado la conciliación obligatoria, para acercar a las partes. Pero los delegados de base decidieron desoír esa decisión y continuaron con la medida de fuerza. El motivo es que al parecer quedaron disconformes con al acuerdo paritario que la Fesistcara firmó hace un par de meses y querrían un aporte extra de las empresas. Según la fuente consultada, un jornalero que está dentro del convenio cobra cerca de 17 mil pesos por quincena, muy por arriba del salario mensual de un empleado que no esté afiliado a ese sindicato.
Una parte de los delegados militan en partidos de izquierda y son los más difíciles de convencer a la hora de encaminar las negociaciones, me dice el empresario. Como en Pepsico, Cresta Roja o Kraft, también en el más peronista de los sindicatos la izquierda se está haciendo fuerte.
-¿Querés que ponga que podría faltar carne? Ese título nunca falla si querés llamar la atención- sigo bromeando con el angustiado empresario.
Me responde: “No sé, qué se yo. Lo único que yo sé que este paro nos agarró con cientos de vacunos en la playa de los frigoríficos y sin poder faenar. Si querés poné que ya hay varios caídos, lo cual es cierto, y que todo es un gran despelote, porque hay que sacarlos o se nos mueren ahí…
-Eso no vende. A los de la ciudad, las vacas muertas solo los conmueven cuando se transforman en un bife de chorizo.
No lo puedo creer! Y el empresario tiene razón: “ningún medio lo levanta”, que raro, no acatan la reconciliación obligatoria, a un día de las PASÓ.
Frigoríficos de primera línea. Salta el lunes…
El cáncer de argentina se llama sindicalismo antiempresa extorsionador y viene de hace 70 años pero ahora radicalizado por el trostkismo, son los montoneros, Erp y Far de los 70 reciclados, todos anti pais normal (cuanto peor mejor) y anti MM.