En medio de intensas protestas de los trabajadores y algunos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, el Ministerio de Agroindustria confirmó a Bichos de Campo que envió telegramas de despidos para 548 personas que trabajaban allí, en especial en los programas para la Agricultura Familiar. La mayor parte de los despidos son de las provincias, donde suele sentirse la necesidad de mayor presencia estatal.
Fuentes oficiales dijeron que “la medida incluye la desvinculación de 548 personas, de las cuales 34 personas corresponden a la subsecretaria de Coordinación Administrativa, 67 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, y 447 de la Secretaría de Agricultura Familiar”.
Estos despidos se suman a otros 350 que se produjeron en el mismo ministerio desde que Luis Miguel Etchevehere asumió un año atrás el mando de la cartera agropecuaria. En los últimos meses además hubo despidos o cese de contratos en el Senasa y el INTA, dos de los organismos descentralizados que cuentan con más personal.
Ver “Monotributo no, monotributo sí… que ese pobre no se acerque a mi”
Esta, de todos modos, ha sido la tanda más numerosa de despidos, y coincide con un momento de fuerte inestabilidad económica en el país, con indicadores sociales, laborales y económicos en retroceso.
Las fuentes de Agroindustria señalaron que del total de 548 personas que se quedaron sin empleo en el Estado, hay 457 que correspondían a la denominada Ley Marco, es decir que firmaban un contrato anual. Otros 91 tenían contratos con la Fundación ArgenInta que vencían el 30 de septiembre y no serán renovados.
En el caso de los 447 despedidos del área de Agricultura Familiar “casi en su totalidad corresponde a gente que se encuentra en las provincias”, se admitió oficialmente. Ese sector del gobierno cobró gran importancia durante la gestión allí, luego del conflicto por las retenciones móviles de 2008, del líder piquetero Emilio Pérsico, del Movimiento Evita.
Aquí las explicaciones se bifurcan. Según las nuevas autoridades de Cambiemos, buena parte de la estructura responde a militancia rentada ligada con el gobierno anterior. Según los delegados de ATE que defienden a esos trabajadores, lo que hay en realidad es un demantelamiento total por parte del PRO de la política estatal para las comunidades campesinas y los pequeños agricultores minifundistas.
Ver Una protesta de pequeños productores y las dos caras de Federación Agraria
Como nadie presenta datos fiables, mejor no creerle a ninguna de las dos partes y pensar que la verdad está a mitad de camino.
De todos modos, como ya dijimos con otras tandas de despidos, en Bichos de Campo creemos que siempre existe una mala noticia cuando alguien se queda sin trabajo. También sabemos que Cambiemos, en más de tres años de gestión, no hizo demasiado para reorganizar las tareas de esa enorme cantidad de gente, ni los evaluó, ni convocó a concursos, ni les propuso cubrir tareas en otras áreas donde hace falta personal.
Como sea, desde que asumió este Gobierno en diciembre de 2015, el Ministerio de Agroindustria redujo su plantilla de personal desde unas 4.200 personas a cerca de 3.400 en la actualidad. Quienes defienden este proceso argumentan que en 2008 había solamente 600 empleados (sin contar los contratados) y que el fuerte crecimiento se produjo después del conflicto entre Cristina Kirchner y la Mesa de Enlace.
Frente a esta nueva oleada de despidos, los voceros oficiales explicaron que “la decisión busca lograr una mayor eficiencia de los recursos del Estado, y en el caso particular de Agricultura Familiar, asegurar una mejor asistencia al pequeño productor”. es decir, todo lo contrario a lo que aseguran los trabajadores y sindicalistas de ese sector, que hablan de un desmantelamiento casi total del programa.
El gobierno admite esta situación con rodeos, ya que también informó que el “cambio” en el enfoque de las políticas para los más desprotegidos del sector “se dará a partir de un nuevo enfoque que incluye la experiencia de las políticas del área de Cambio Rural e Inta de asistencia técnica para fortalecer el desarrollo y crecimiento de los productores”. Algo así como que las políticas para el sector se mantendrán, pero a cargo de otros programas.