Los problemas de infraestructura están a la orden del día en el sector agropecuario y quedan muy en evidencia cuando llueve un poco más de lo normal. En algunos casos el problema es la falta de obras, en otros el mal mantenimiento y en casi todos detrás está el incumplimiento de las promesas de los funcionarios de turno.
Todo eso pasa en el caso de la Ruta 20 que une las localidades de Villaguay y Federal, en Entre Ríos.
Glenda “Fany” Labat Bellera es una de las afectadas por los desmanejos de la política que termina causando más perjuicios que soluciones. Además de ser productora ganadera Fany es docente rural y por lo tanto sufre por duplicado la situación; no sólo se le complica el manejo del campo sino también el acceso a su trabajo y que vayan sus alumnos.
“Tengo un campo de no muchas hectáreas en Lucas Norte, entre Villaguay y Federal, precisamente por donde pasa la famosa ruta 20. Hace años venimos luchando por su transitabilidad. Antiguamente era de ripio, pero se fue deteriorando y ahí empezaron las famosas promesas políticas de que iba a ser asfaltada”, dijo Fany.
Ahí arrancó un derrotero que terminó en la nada porque las últimas respuestas que recibieron de los actuales funcionarios fue: “No hay plata”.
Según contó la productora entrerriana las primeras promesas datan de 2008. En 2012 el gobernador peronista Sergio Urribarri anunció el inicio de esta obra pero no se sabe qué pasó con la licitación.
“Posteriormente, durante el gobierno de Gustavo Bordet se vuelve a anunciar el inicio de obra de esta ruta y se contratan tres empresas para realizar un tramo de 27 kilómetros. Se realizan tres tramos interrumpidos de 4 kilómetros nada más. Un total de 12 sobre 27 que se habían acordado” inicialmente. En total, el tramo que debería ser asfaltado recorre mucho más, 89 kilómetros.
La cuestión es que se iniciaron algunos pocos trabajos, muy parciales, que dejaron las cosas peor que antes.
“Se inicia el desmonte del costado del camino, la limpieza, para poder realizarla paralela a la ruta que se transitaba. Se produce todo lo que es el terraplenado. Pero, bueno, solo se llevan a cabo estos pocos kilómetros con la primera capa asfáltica que actualmente ya se está destruyendo. Pero nos deja la problemática de dejar intransitable la ruta por la cual accedíamos”, contó Fany.
Según explicó: “la ruta de ripio no existe más y los días de lluvia, cuando caen 10 milímetros, es imposible acceder y transitar. Por lo tanto, no podemos llegar a las escuelas rurales esos días y los siguientes. Los niños no pueden acceder a las escuelas y tampoco a los centros de salud porque la ambulancia ha dicho ya claramente que no puede ingresar a buscar a un enfermo. Estamos a la buena de Dios de que nada grave suceda cuando llueve”, retrató.
Según esta mirada, el trabajo malhecho no sólo destruyó lo poco bueno que quedaba de la ruta de ripio sino que además generó desniveles entre con la parte que tiene la primera capa asfáltica -ahora en destrucción- y eso impide que se pueda circular por la calzada.
“Quedó un desnivel muy grande entre la parte que terraplenaron para hacer la parte nueva y la parte vieja. Entonces el agua cae todo sobre la parte vieja de la ruta, que es por donde realmente tenemos que transitar. Y es imposible, porque ya es barro, ya no queda nada de ripio”, señaló la damnificada.
Cansados de los malos tratos, los productores de la zona “el año pasado nos reunimos en una asamblea de autoconvocados, a la que vino el director de Vialidad de la provincia, el señor Alfredo Bell, el jefe zonal de la zona y los legisladores y la respuesta fue muy clara: existe una deuda de 1.900 millones de pesos que la provincia debe afrontar para poder continuar la ruta. Así que lo que nos dijeron es que era imposible pagar esa deuda y continuar con el asfaltado de la ruta”.
Esos fondos, contó la productora, estuvieron disponibles pero se esfumaron en otras cuestiones: “El tema es que los fondos aparentemente no fueron destinados a la obra. Algo pasó, pasaron cosas como se dice ahora”.
Mientras la política, de varias gestiones, no se hace cargo y despilfarra sin mirar siquiera el daño que causa, los productores siguen autoconvocándose para manifestar su queja y el pedido de ayuda en el cruce de las rutas 18 y 20.
“Hemos hecho manifestaciones y vamos a seguir haciendo, porque esto consideramos que es una lucha que va a continuar, que recién se está iniciando. Vamos a continuar luchando por esto hasta que tengamos una respuesta. Tenemos también pensado pedir una audiencia con el gobernador (por Rogelio Frigerio) para entregar un petitorio y un historial de lo sucedido. Exigimos una auditoria de los fondos”, se despidió la entrerriana.