Por Nicolás Razzetti.-
En los últimos días se conoció la entrada en convocatoria de la empresa La Suipachense que se suma a una lista cada vez más larga de lácteas con dificultades económicas, listado liderado por Sancor.
Según fuentes de la producción y de la industria, la que también está complicada es la firma Verónica. Desde hace un tiempo, entre los tamberos se rumoreaba sobre diferentes dificultades en la empresa santafecina que tiene 3 plantas ubicadas en las localidades de Suardi, Lehmann y Classon, plena Cuenca lechera y con capacidad para procesar más de 360 millones de litros anuales.
La empresa casi centenaria fue fundada en 1923, y debe su nombre al pueblo bonaerense homónimo, pero en los ´60 mudó sus instalaciones a Santa Fe, donde comenzó su mayor expansión.
La marca es reconocida por la calidad de sus quesos, pero también se especializa en la fabricación de leche en polvo y larga vida; esos son los ejes de su sistema productivo, que también incluye otros elaborados como el dulce de leche. Con esos productos abastece al mercado interno, pero también a la exportación.
Tantas décadas de inversión y desarrollo no están pudiendo con una de las mayores crisis de la cadena lechera, que pone en jaque a productores y fábricas, que no encuentran respuestas a la crisis en las políticas económicas, y tampoco reciben ofertas de medidas sectoriales que mejoren las perspectivas.
Fuentes de la industria indicaron que la empresa “hace tiempo que viene complicada, hay síntomas de dificultades financieras y económicas con lo que produce, y los ingresos que tiene no logran cubrir sus costos operativos para una estructura que parece muy grande”. En ese contexto, indicaron que “se está buscando una salida, capitalizarla de algún modo con la entrada de un socio, aunque no se descarta la venta”.
Según especialistas del sector lechero, en Verónica trabajan unas 700 personas, lo que consideraron un número muy alto para una actividad que tiene costos crecientes como los de la energía, una oferta de materia prima acotada (en 2017 la producción fue otra vez menor a los 10.000 millones de litros), problemas de competitividad para acceder al mercado internacional y un consumo interno afectado por la situación económica desde hace tiempo.
El implacable costo Argentino heredado, no perdona a nadie.