¿Cambiar parte de las retenciones que afectan la rentabilidad de los productores de granos por otro gravamen con anclaje en el valor fiscal de los campos, de modo de impactar parcialmente sobre los propietarios de esas propiedades rurales? Parece una propuesta demasiado osada, que habilita una enorme discusión y altera el status quo que se registra históricamente cada vez que se habla de retenciones, y donde los dueños de los campos llevan siempre las de ganar, pues casi no corren riesgos mientras se funden sus arrendatarios. Pero es lo que está proponiendo nada menos que la Fundación Mediterránea.
Bichos de Campo ya informó sobre esta propuesta lanzada desde el IERAL (Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana) mediante un documento para su discusión pública. La entidad cordobesa sugiere que debería establecerse por ley un cronograma de reducción de los derechos de exportación (DEX), pero previendo que la pérdida de recaudación fiscal se vaya reemplazando paulatinamente por otros gravámenes (por la mayor actividad) y “eliminando la exención que tiene los inmuebles rurales en el Impuesto a los Bienes Personales, junto con activar un mecanismo para mejorar la actualización de las valuaciones”.
Tras haber lanzado la primera piedra con dicho documento, el presidente del IERAL Osvaldo Giordano, no escondió la mano sino que se aprestó a dar una discusión franca sobre este plan que propone eliminar la exención de Bienes Personales que tienen muchas propiedades rurales. El economista fue entrevistado por el programa radial Colonia Agropecuaria.
-Este es un tema medio tabú en el sector y está bueno discutirlo. ¿Por qué proponen esto?
-Hay, creemos, una vocación ampliamente compartida de que hay que eliminar impuestos distorsivos, porque es esencial para mejorar la competitividad de la producción nacional. Pero cuando uno mira las cuentas fiscales aparecen muchas dificultades. La primera es que estamos con equilibrio fiscal luego de un enorme esfuerzo de baja del gasto. La segunda, cuando uno mira la lista de impuestos distorsivos, encuentra que son muchos, que representan una proporción muy alta de la recaudación total, del ingreso total del Estado, de más del 30%, y que además están distribuidas en los tres niveles de gobierno. Es un desafío grande. En ese marco, confiar en que bajas adicionales de gasto o un crecimiento de la economía van a permitir resolver este problema, va a llevar mucho tiempo. No dan los números para ser más agresivos en la baja de impuestos. Alcanza con lo justo para bajar el Impuestos PAIS, como planteó el gobierno.
-Pero ni se habla de retenciones…
-Por eso pensamos además de bajar gasto y que la economía crezca, para que eso vaya generando espacio para eliminar estos impuestos, en una estrategia complementaria, que es fortalecer los buenos impuestos, es decir los impuestos que cobran los países bien organizados, a los fines de que, si recaudamos mejor esos impuestos, podemos ir mucho más rápido en la eliminación de los impuestos distorsivos. Todos ganaríamos con eso.
-¿Y cómo se aplicaría?
-En el caso específico de los derechos de exportación, no es tan complicado, porque una eliminación de las retenciones tendría un efecto casi inmediato en la recaudación de otros impuestos, particularmente Ganancias. Es decir, naturalmente si mejora el ingreso del productor, va a tener más rentabilidad y por lo tanto va a pagar más impuestos a las Ganancias y otros impuestos que van agregados a eso, más IVA, más Ingresos Brutos. Con eso se recuperaría una parte importante de la pérdida que se generaría por la eliminación de las retenciones.
-¿Pero no alcanzaría a compensar?
-Por eso va acompañado con nuestra propuesta de eliminación de la exención que hoy tienen las propiedades rurales en Bienes Personales, que no tiene muchos fundamentos, salvo el hecho de que como la castigan las retenciones se contempló esto como un paliativo a la aplicación de las retenciones. Si se elimina eso, prácticamente la pérdida fiscal se compensaría y estaríamos en un escenario mucho mejor que el actual.
-¿Qué pérdida fiscal se compensaría? Ustedes proponen no una eliminación lisa y llana, sino definir progresivamente un escenario de baja, quizás a una tercera parte. Por ejemplo, bajar las retenciones a la soja de 33% a 22% ¿Es ese 11% el que hay que compensar en una primera etapa?
-Nosotros decimos, tratemos de hacer algo lo más simple y transparente posible. Se puede hacer más complejo, con alguna estrategia más sofisticada, pero vemos como riesgo dificultades para llevarlo a la práctica y los riesgos de que entre a jugar cierta discrecionalidad. Entonces decimos, se podría eliminar los DEX a razón de un tercio por año, de manera lineal a todo. Eso te da tiempo, por un lado, a un reacomodamiento en el interior del sector, donde cambian los precios relativos. Y te da tiempo a ir recuperando, porque recaudás mejor Ganancias y Bienes Personales. Entonces nos parece que un cronograma de ese tipo, podría ser un poco más rápido o más lento, pero es consistente con darle tiempo a la producción a adaptarse y a que el Estado no pierda recursos poniendo en riesgo el equilibrio fiscal.
Tras el enojo del agro, el macrismo aceptó moderar el manotazo por Bienes Personales
-La exención de Bienes Personales de los campos la sugirió Sergio Massa en el presupuesto 2024 y no salió, porque se armó escándalo con las entidades rurales. Ya se había armado escándalo en 2018. Es un tema sobre el cual parece haber una defensa corporativa importante. ¿Coincide con esto?
-Yo la entiendo en función del estado actual de cosas: Si tengo retenciones que me están llevando la mitad de la rentabilidad -o más todavía en la zona extrapampeana-, es lógico que haya una reacción y que haya resistencia. Pero claramente para la producción sería mucho más conveniente eliminar las retenciones y ser tratado en Bienes Personales como cualquier otro sector productivo, es decir, pagar lo que corresponde. Estos Bienes Personales obviamente no cubren ni mucho menos la pérdida. En realidad la pérdida de recaudación se recuperaría vía Ganancias y otros impuestos. Lo que pasa es que no recuperas el 100%, sino aproximadamente dos tercios. Bueno, el resto, probablemente el 25%, se puede recuperar con la eliminación de la exención. De esa manera se genera un esquema que es mucho más lógico, más racional y que además nos deja tranquilos en términos de que no estamos poniendo en juego el equilibrio fiscal.
-En ese sentido está la experiencia de 2018, cuando el macrismo bajó retenciones y tuvo que desandar el camino por no hacer justamente este cálculo de cómo reemplazaba el ingreso perdido.
-Exactamente, creo que ese es un buen ejemplo para los dos sentidos. Por un lado, la baja generó la reacción que nosotros señalamos de que aumentó la recaudación e incluso aumentó la producción. Es decir, los productores reaccionaron…
-En trigo y maíz, que en aquel momento quedaron sin retenciones, fue muy visible la recuperación de la producción y, por tanto, de la recaudación.
-Este argumento de que vas a recaudar más de los buenos impuestos es totalmente cierto. El tema es que si no tenés los resguardos como para no poner en juego las cuentas fiscales, se va a revertir como pasó en esa experiencia, que fue frustrante. Por eso me parece mejor esta alternativa. Es más compleja, es más difícil, pero le veo más viabilidad.
-Estamos hablando que por retenciones, en el mejor año, el Estado Nacional ha recaudado 9 mil millones de dólares. Si lo que hay que reemplazar en la primera etapa fuera una tercera parte, son 3 mil millones. Bienvenidos sean para la rentabilidad de los productores. Están todos ahogados. ¿Cuánto se puede recuperar con esto de la excepción de los campos en Bienes Personales?
-Nosotros hicimos los cálculos, porque hay también un problema administrativo, que es que hay que hacer un esfuerzo para evaluar bien los bienes, porque hay un atraso enorme en muchas provincias, que tienen ahí una tarea pendiente por hacer.
-¿De revalúo de los campos, digamos?
-Para tener bien evaluado, para que entren con la alícuota que corresponde, ni más ni menos que la que se paga en el resto de los activos que pagan Bienes Personales. Si se evalúa bien, se podría recuperar aproximadamente un cuarto de la recaudación que genera la eliminación de la retención. Entonces sería un poco la compensación. Si se suma más Ganancias y otros impuestos, se aproxima al 100%.
-Hay dos contrariedades frente a esta propuesta. Una dice que Bienes Personales sobre los campos lo pagarían los dueños de los campos, que seguramente se lo trasladan al productor genuino en mayores alquileres, siendo que el 70% de la agricultura se hace sobre campos alquilados.
-Formará parte de una negociación. Lo que sí está claro es que el productor va a tener una mejora proporcional a lo que hoy pierde con las retenciones. Después, ¿qué hace con ese mayor margen? ¿Cuánto lo vuelca al alquiler? Eso será una negociación. Pero el impacto inicial es que mejora el precio. El margen agrícola cambia. Aumentan los márgenes e incluso permiten extender la frontera agrícola, porque muchas áreas donde hoy no es rentable, porque el precio está deprimido por las retenciones, pasan a ser rentables y empiezan a ser productivas. Es decir, te corre la frontera productiva.
-La segunda objeción que pone alguno es que esto habilita que las provincias revalúen el valor fiscal de los campos. Y que entonces se viene un festival de impuesto inmobiliario provincial.
-Sí, esa la entiendo. Hay ahí un problema en el medio, que es que la retención es un impuesto 100% para la Nación y Ganancias, Bienes Personales y otros impuestos son coparticipables, por lo cual la mejora de la recaudación en principio se repartiría entre Nación y provincias, mientras que toda la pérdida la recibe la Nación. Por eso en el informe planteamos que esto debería ir dentro de una Ley que establezca el cronograma de reducción de retenciones con una asignación específica. Es decir, que parte de la mayor recaudación de Ganancias vaya directo a compensar a la Nación por la pérdida. Esto legalmente es factible. Y en ese marco creo que también habría que tomar las prevenciones para que, por una vía indirecta, que es aumentar el impuesto inmobiliario, las provincias se apropien de algo que no correspondería.