Por Nicolás Razzetti.-
Arranca la campaña gruesa y vuelve a ser tema de agenda en el sector la creciente difusión de las malezas resistentes a los herbicidas. Recientemente Aapresid dio a conocer el mapa de las malezas en la Argentina. La entidad relevó 193 partidos en 10 provincias que representan la mayor parte del área agrícola. Así pudo localizar las zonas donde más se desarrolla cada especie.
En ese mapeo se detectaron 24 malezas que incluye a 18 biotipos resistentes. En 2013 se habían relevado 14 malezas, de las cuales 8 eran resistentes y 6 tolerantes. La comparación evidencia el desarrollo de este problema, que resta rendimientos a los cultivos, especialmente a la soja, y que incrementa el costo productivo.
Fernando Oreja, docente de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), especializado en el tema y miembro de la Asociación de Ciencias de las Malezas, explicó que la afectación en los rindes es alta, pero aclaró que es imposible establecer un promedio de daño a nivel país.
“El daño es variable, puede ir de 0 a 100. De hecho en las últimas campañas hubo lotes en los que se perdió casi todo. La Argentina podría estar produciendo 10%, 20% o más de soja si se combatiera y mejor dominara el problema” de las malezas resistentes, señaló.
Oreja destacó que es necesario modificar los planteos productivos, y que no alcanza con la aplicación de herbicidas porque evidentemente las plantas que compiten con la soja desarrollaron mecanismos de supervivencia.
“El herbicida es sólo una herramienta más, no es la única. No debería basarse el manejo en eso. Hay que tener un manejo integrado que lo incluya, pero también con medidas que ni siquiera tienen costo extra, como el monitoreo del lote para decidir fecha de siembra, la densidad de plantas, la distancia entre surcos, o limpiar la maquinaria antes de que entre al campo para evitar el ingreso de semillas. Además, hay que rotar el lote con cultivos de cobertura”, enumeró Oreja.
El especialista consideró, sobre estos cultivos de cobertura, que la cebada, la avena, el centeno y la vicia son efectivos, porque modifican la cantidad de la luz y disminuyen la temperatura en el suelo. Esto evita que emerjan malezas.
Además recomendó rotar soja con trigo y sembrar pasturas para ganadería, porque mejoran la fertilidad y reducen el banco de semillas de malezas en el suelo.
Oreja destacó que la maleza resistente más difundida es la Rama Negra (Conyza), pero la que más afecta los rindes es el Yuyo Colorado (Amarantus Palmeri), ya que “es muy competitiva en cuanto a la captación de radiación solar, tiene alta tasa de crecimiento, consume mucha agua y nutrientes y tiene biotipos resistentes a herbicidas”.
Por eso el técnico cree que esa maleza se va a seguir difundiendo, ya que si bien apareció en el sur de Córdoba ya se la encuentra en otras regiones como sur de Buenos Aires o Santiago del Estero.