“Hace unos días, alguien dijo, ´andá pa´ yá, bobo´, y acá estoy, empezando este camino para conocer la Patagonia a través de su gente”. La referencia, claramente futbolera y mundialista tiene como protagonista a Lionel Messi y su reacción post partido contra Países Bajos (creo no hace falta aclarar más nada). Con esas palabras, en un video publicado en su Instagram el 3 de enero de 2023, Daniel Rearte, referente de ganadería, consultor, ex director nacional del INTA, partía desde La Pataia, en Tierra del Fuego con el objetivo de recorrer más de 1000 kilómetros hasta Tres Lagos, en Santa Cruz. ¿Por? Un fin personal, uno cultural y uno solidario.
Mi llamado (bah, lo llamé, no me atendió, y le escribí un whatsapp), fue para aggiornar algunos conceptos del Oli-Nada-Garcas podcast que habíamos grabado hace un par de años con su “lado B”, su pasión más allá del campo: las carreras extremas o “ultra trail” (ya explicaré de qué se trata). La devolución de mi mensaje fue con dos o tres audios en los que me contaba de esta travesía patagónica que había encarado y aún estaba realizando.
Como dato, la siguiente casualidad: “Juan, me emociona contártelo, pero hace 20 minutos acabo de alcanzar el kilómetro 1000 de esta linda locura que empecé hace más de un mes”, me confesó.
¿Quién es Rearte?: Ingeniero Agrónomo egresado de la primera promoción de Ciencias Agrarias en la Universidad de Rosario, en sus últimos años dentro del INTA, antes de jubilarse, estuvo coordinando un laboratorio del INTA en Montpelier, Francia.
Cuando cumplió 50 años Rearte se regaló una aventura: escalar el Aconcagua. Lamentablemente no pudo coronarla con cumbre porque tuvo un edema pulmonar a 700 metros de la misma. Sin embargo, esta experiencia le abrió las puertas de una pasión que ya cuenta más de dos décadas, las carreras ultra trail. “Estuve seis meses entrenando para la montaña y cuando volví sentí que me gustaba, quería más, tenía que buscar algo para motivarme”, me contó.
Hoy tiene 73 años y sigue corriendo carreras súper exigentes que él asegura, puede correr cualquiera que se prepare adecuadamente. Son carreras de 160 kilómetros en lugares naturales que se corren en etapas o sin parar.
Sin dudas este es su “lado B”, pero tiene otro anterior. Se sabe que es fanático de Ñuls de Rosario, y hasta escribió un cuento, “Felicitaciones ingeniero”, en el que narra cómo vivenció el partido el 19 de diciembre de 1971 en el que Rosario Central le ganó a Newells en un partido recordado por todo Rosario (semifinal del campeonato nacional, luego Central se coronó campeón). Relata allí cómo tuvo que hacerse fuerte para rendir la última materia de agronomía con la tristeza a cuestas.
Ah, por cierto, hablando de cuestiones literarias, mas acá en el tiempo, también escribió un libro, “Correr en el extremo”, en el que recopila experiencias de las carreras extremas.
Ultra maratones: “Las ultra maratones son como volver al origen: el hombre transitando escenarios naturales, buscando amalgamarse con ellos, en donde lo importante no es la velocidad sino la gestión del esfuerzo”, contó Rearte. Y agregó: “Vos en una maratón de calle sabés que salís y, salvo que te lesiones vas a llegar, antes o después pero llegás, en cambio en éstas, el abandono está a la vuelta de la esquina, porque todo tiene que darse”.
“Para alcanzar el arco de llegada lo importante es gestionar cuatro cosas: el descanso, la alimentación, la hidratación y la mente”, dice.
“Yo busco maratones en donde pueda tener conexión con la naturaleza pero también con la gente, las comunidades, sociedades que viven allí”, explicó Rearte, que en más de 20 años corriendo ha hecho, por ejemplo, la ultra por el desierto del Sahara con calor agobiante (260 km en seis días) o la del Polo Norte entre hielos y nieve. Ha corrido al pie del Himalaya y por el Amazonas. “Para mí, la selva fue la más extrema porque fue donde no llegué a la meta y terminé en un hospital por las altas temperaturas y humedad”, reconoció.
¿Y cómo empiezo? “Kilómetro por kilómetro, de a poco, porque no es difícil, se puede ¡Si yo empecé a los 50!, pero hay que ir de a poco, informarse del lugar en dónde vas a correr, saber cómo es, porque en definitiva son lugares donde vive gente, no son imposibles, la diferencia es que ellos están adaptados y vos no, claro”, contó Rearte.
“El error es creer que porque estás entrenándote fuerte al año que siguiente vas a correr la ultra trail de Mont Blanc que son 170 kilómetros con 10.000 metros de desnivel en 46 horas (Nota de la Redacción: atraviesa Italia, Francia y Suiza y se considera de las ultra maratones más prestigiosas del mundo).
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¿Alguna anécdota?: Cuando le pregunté a Rearte si tenía alguna historia para contar, me miró, se rió, pensó y me dijo: “Anécdotas tenés en todas las carreras, pero si tuviera que destacar, la más linda fue en 2019, en Bután, un país único, budista, que está cerrado al mundo occidental, esa carrera termina al pie del Himalaya, pero en el camino, dormís en la casa de los campesinos o en los monasterios, cuando llegamos nos estaban esperando con una pelota y organizaron un partido entre los jóvenes aspirantes a monje y los corredores, un 5 contra 5 en una canchita en una pendiente, que fue de los mejores recuerdos de mi vida”.
Los 1000 de la Patagonia: Abría este nota contando que la última “travesura”… perdón, travesía de Rearte fue en suelo patagónico, desde Tierra del Fuego a Santa Cruz. Esta parte no está en el podcast pero vale la pena contarla.
El viaje (que fue “corriendo, al trote y caminando, como se podía por las condiciones geográficas y climáticas, principalmente el viento en contra”) Rearte lo hizo con tres objetivos: primero para “tratar de armonizar mi cuerpo a este escenario natural, teniendo que cuenta que la travesía es larga, no de 6-7 días, sino de casi dos meses”. Un segundo objetivo fue cultural, “conocer esta parte del país, los paisajes son maravillosos, pero hacerlo a través del testimonio de la gente, los que me alojan, me cuentan sus historias, la riqueza es tremenda”.
El tercer objetivo, está ligado a su pasión futbolera y la solidaridad: “Hice contacto con muchas escuelitas rurales, para conocerlas, conocer su gente y luego gestionar el padrinazgo de Newells Old Boys para una de ellas”. ¿Por qué Ñuls? “Hay que recordar que Newells salió de una escuela, su nombre se lo debe a Isaac Newell, fundador del Colegio Comercial Anglo Argentino en 1884, el club lo fundó, entre otros, Claudio Newell, hijo de Isaac, les doy esa historia y les dejo la camiseta que usó Messi para homenajear a Maradona”.
En el último posteo de la travesía Rearte abrió su corazón: “La cabeza y el alma algo confundidos… Feliz de saber que en unos días estaré con los míos, pero ya extrañando el ripio de la banquina, el sonido del viento que aturde cuando pega fuerte y el relincho de un guanaco del otro lado del alambrado… 37 días, 1.066 kilómetros… Un ciclo que se cierra, otro que se abre, el de entender y procesar este pedazo de vida intensamente vivida”.
Dijo alguna vez: “Soy un hombre ordinario que, a veces, hace cosas extraordinarias. ¿Cómo me defino? Un hombre común que ama la vida”.