La veterinaria Carina Noelia Tomasella es la presidenta de la Sociedad Rural de Perugorria, una localidad ubicada al sur de la provincia de Corrientes. Allí hace 10 días aproximadamente, el fuego no da tregua y a la ruralista le ha tocado dejar de lado la mayoría de sus responsabilidades para mantenerse trabajando codo a codo con las brigadas y el cuerpo de bomberos que intentan sofocar los incendios.
Casi con la precisión de un cronista, la correntina es capaz de narrar lo que están viviendo los habitantes del paraje Aguay Grande y los alrededores. Sin embargo, no puede disimular la voz temblorosa que revela el temor a que se repita el panorama de terror que dejaron los incendios rurales del 2022, donde se prendió casi 12% de la superficie de la provincia, más de 1 millón de hectáreas.
“Más allá del cansancio que ya tenemos todos, el fuego nos sigue impactando emocionalmente. Nuestros ojos están volviendo a ver lo mismo que vivimos en el 2022. Es revivir todo nuevamente. Inclusive sentimos la misma impotencia que se sintió tiempo atrás. Vuelven esos pedidos de auxilio, solo con la diferencia que hoy contamos con brigadas organizadas para combatir los incendios y eso es un aliciente”, dijo Tomasella, bastante conmovida, a Bichos de Campo.
“Te puedo decir que humanamente, ni los bomberos, ni los brigadista, ni el pueblo da más. Pero seguimos y salimos con camionetas, con tanques de agua, con cueros de ovejas, con pichanas, con los que se nos ocurra para exterminar el fuego. Pero te repito, el productor siente impotencia, las pérdidas son enormes”, lamentó Carina.
Aún cuando se siguen dando incendios de diversa magnitud por toda la zona, los relevamientos preliminares contabilizan más de mil hectáreas afectadas. “La situación es bastante compleja porque tenemos mucha zona de monte. Y a pesar de las grandes extensiones de ganadería, este es un paraje que tiene una población considerable. Hay productores que viven en el lugar y eso es lo que más nos preocupa”, señaló Carina.
“Si bien no tenemos datos concretos porque sigue activo el fuego, sí puedo decir que en esta zona tenemos alrededor de 1100 hectáreas perdidas, totalmente arrasadas por el fuego. Por supuesto que se va a ir incrementando porque hay focos activos donde también se han perdido muchísimas más hectáreas”, precisó.
Aunque han sido las grandes extensiones ganaderas las áreas más afectadas, el fuego de las últimas horas, se ha expandido hacia a algunos lotes de sorgo. Lamentablemente las llamas, que según dijo Carina alcanzan casi los 10 metros de altura, están superando las estrategias desplegadas para contener el fuego y que no se extienda a zonas donde hay mayor vegetación.
“Lo que se está aplicando como estrategia es tratar de direccionar el fuego, entre comillas. Pero el fuego es difícil de controlar porque viene un viento y lo lleva para cualquier lado. Entonces lo que se hace es tratar, en lo posible, que vaya a zonas donde se pueda volver a rastrear, o que al menos que no haya monte. Pero bueno, la situación cambia minuto a minuto. Hasta el momento lo que se puede decir es que se afectó una una siembra de sorgo. El resto han sido hectáreas donde se hace ganadería, cría”, enfatizó la veterinaria.
-A pesar de la agresividad del fuego y la premura para sofocarlo, ¿se conocen las causas que han provocado los incendios?– le preguntamos
-Se manejan varias hipótesis. Pero se ha empezado a hacer un análisis más profundo y hay evidencia de que son intencionales, lamentablemente. Se está trabajando con mucha prudencia para poder afirmar eso. Pero hay vestigios que nos orientan hacia eso y es lo más triste. Por ejemplo, mientras estábamos en un lugar a unos cuantos metros de distancia, se nos prendía fuego a nuestras espaldas. Entonces eso nos da la pauta de que no sale nada de la espontaneidad.
“También hemos recorrido la zona y hemos encontrado rastros de intentos fallidos, pero de esos hubo uno que sí se dio. Afortunadamente se pudo sofocar el fuego y nuevamente ese grupo de personas se pudo incorporar a las brigadas de bomberos que estaban intentando apagar otro foco más grande. Lamentablemente estamos atravesando por esa situación”, continuó diciendo.
No muy distinto es el escenario que viven los productores de Mariano I. Loza, un pueblito ubicado a 267 kilómetros de la ciudad de Corrientes. En este lugar, según contó a Bichos de Campo el cabañero Ricardo Mathó Meabe, la situación es bastante compleja. Inclusive ya lamentan la muerte de una joven de apenas 30 años de edad, mientras ayudaba a su padre a combatir las llamas que arrasaban con su establecimiento productivo.
Mathó Meabe fue unos de los productores afectados en los incendios del 2022, sin embargo, lo que rescata es que ahora está más preparado para hacerle frente a los incendios. “El fuego me agarró con mucha más experiencia y mucho más preparado. Acá somos un grupo de vecinos que tenemos nuestros equipos para apagar el fuego. Tenemos cisternas, bombas de agua y mochilas forestales, entonces eso nos da un poder de socorrer a todo el vecindario”, dijo.
Desde que iniciaron los incendios, hace más de una semana, el productor dijo que ya se han sofocado en su zona 6 focos de intensidad distinta. Si bien el productor es de los que también sospecha que el fuego ha sido provocado en algunas partes, alega que las altas temperaturas y el pasto seco son los causantes de la agresividad de los siniestros.
“El problema de Corrientes es que hasta el 20 de diciembre hubo abundantes lluvias y creció mucho el pasto. Después de eso no llovió más y obviamente se secó todo, parece papel el pasto. Entonces cualquier chispa, cualquier cosa, provoca un incendio”, explicó. “Por otra parte, 2 de los 6 incendios que se han apagado, fueron provocados porque se cayeron palos de luz. En Corrientes, las líneas eléctricas son muy deficitarias y muy precarias. Pero los otros cuatro incendios no sabemos como se originaron”, contó el director de la Sociedad Rural Argentina.
– En un momento mencionaba que están más preparados que hace dos años atrás para hacerle frente a los incendios, ¿ pero qué se siente al ver que están viviendo la misma tragedia de hace dos años?
-Impotencia. Es muy difícil enfrentar un incendio. Es como una pelea con el fuego y de pronto sentís cómo el humo te empiezan a llenar los pulmones, sufrís una sed bárbara. Pero en definitiva, no nos queda otra que seguir luchando por mantener nuestra fuente de trabajo, y por lo que hemos luchado toda la vida.