Aunque sea prácticamente de lo único que habla el sector productivo argentino golpeándose el pecho, la fuerte tradición agropecuaria que tenemos no es nuestra única bala en la recámara. Y aún más: El peso del agro en la economía local y mundial está en descenso desde hace décadas.
Por eso es que el nuevo informe difundido por Argendata, el proyecto de la organización Fundar, sirve como un baño de realidad para el imaginario nacional. En efecto, nos demuestra que en la Argentina no sólo importa el campo, que sus tecnologías, conocimientos y recursos no son los únicos que generan valor, y que tal vez la “salvación” para el país no dependa sólo de este sector.
Las cifras que apunta Argendata parecen decir “no te agrandes, Chacarita”: En Argentina, el agro y la pesca son responsables del 7% del PIB, lo que es mayor a la media mundial, que alcanza el 4%, pero menor a los países de bajos ingresos, donde suele ser del 25%.
“El agro es más relevante en la economía argentina que en la economía mundial”, destaca el informe, y puntualiza que, incluso en Latinoamérica, el peso del sector es mayor en Bolivia, Uruguay, Colombia, Ecuador y Paraguay.
Tal vez uno de los principales argumentos que tuvieron siempre los dirigentes del campo argentino fue que, por sí sólo, podía salvarle las papas al Palacio de Hacienda y las cuentas públicas. Si vamos a los números, esto no es del todo cierto: Recién cuando se contempla también la actividad agroindustrial la participación en el PIB asciende a los 12 puntos.
A eso se refiere el informe cuando reflexiona sobre la importancia de pensar en términos de “cadenas agroindustriales”, más que sólo el eslabón agropecuario, para visibilizar la generación de valor. Eso demuestra que, más que funcionar de forma aislada, trabaja en tándem con la industria y los servicios.
La referencia a estos dos sectores no es fortuita si se tiene en cuenta la caída del peso específico del agro tanto en la economía argentina como mundial, un fenómeno que lleva casi un siglo en desarrollo.
“El agro pasó de explicar más del 20% del PIB argentino a mediados de la década de 1930 a menos del 10% en lo que va del siglo XXI”, destacan desde Argendata, y advierten que se trata de una “tendencia global”. La explicación hay que hallarla en los modelos económicos: Aunque a veces se lo reivindique desde algunos sectores, incluso desde el propio Gobierno, el esquema agroexportador puro ya no existe, y hay que contemplar la participación que tienen la industria y los servicios en la generación de riquezas.
No significa que el agro haya perdido competitividad o que produzca menos, sino todo lo contrario: El informe señala que “desde 1935 creció por 3,5 veces”. Lo que sucedió en Argentina, como en otros tantos países, es que el crecimiento de la economía le dio más participación a los sectores industriales, en auge entre los años treinta y los setenta, y a los servicios, que crecieron desde fines de siglo hasta ahora.
“A medida que los países se desarrollan, tienden a ganar más peso la industria primero, con las manufacturas, los hidrocarburos y la construcción por ejemplo; y los servicios después, como el comercio, el transporte y los servicios profesionales”, explica el informe.
Léase entre líneas: Si sos un país con un PIB robusto y diverso, naturalmente tu sector agropecuario no va a ser el que más peso tenga. Eso no quita que no sea un eslabón clave para generar valor en otras cadenas, pero por sí sólo no va a traccionar la economía, sino que será el complemento para producir bienes y servicios.
En algún punto, estos datos deberían alentarnos, porque demuestran que Argentina está más cerca de las sociedades más pujantes que de los países con bajos ingresos. Para las economías más ricas, el agro es apenas responsable de un 1% del PIB, y los valores de Argentina son mucho menores a los de la mayoría de los países sudamericanos. Todavía el campo es relevante para el país, pero no es lo más importante que tiene el mundo.
Influye tambien la capacidad que el pais tenga, no es lo mismo Japon que Argentina por ejemplo.
Y podria tener mas peso el campo, sin dex, y con menores impuestos.
el mito de la ventaja comparativa. Por muchos años (ahora ingresan con fuerza China e India ) , Brasil fue uno de los lideres en investigacion en ododotologia. Producian aparatos para paises de medianos ingresos, tiene una cantidad enorme de Facultades de Odontologia ( les pasa lo que a nosotros con la produccion de abogados, demasiados para el contexto). eTc. ETC. O sea, es una actividad interesante para ellos.
Quise ver si entendia por que. Pense que el emperador portugues habria traido medicos a Brasil, o porque producian caña de azucar. NO!!!. Lo que encontre es que empezaron a mitad del siglo XX, con la llegada de alemanes que se asociaron a brasileros en estos negocios. Me hizo reflexionar que tiene de competitivo esta actividad. No es por el suelo, no es por el clima, es por conocimiento , porque hay miles millones de usuarios (todas las personas) , etc, etc, Pensemos en mas actividades competitivas por conocimiemto. Para incluir mas gente al sistema , que pueda desarrollar habilidades, obtener beneficios, etc. Hay vida fuera de la produccion del campo. Y asi le damos un respiro. En los paises industriales se los subsiddia cuando las condiciones son adversas. Sin campo por ahora. no hay comida. Cuidemos los recursos, bien cuidados y pensados.
Si buscan la tendencia en odontologia es conservativa. Ej. Japon. Todo un cambio.
Dije que no escribiria mas. gracias Cierro.
NINGUN PAIS QUE NO APUESTE FUERTE A LA EDUCACION, LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA APLICADA PUEDE ASPIRAR A SER DESARROLLADO!!!