Este año ocurrió en el ámbito agrícola del Mercosur un hecho extraordinario por partida doble que merece ser resaltado para dejarlo en evidencia.
Por un lado, Brasil se encamina a lograr una nueva cosecha récord de soja con una superficie prevista de 48,9 millones de hectáreas (+3,4% que el año pasado) y una cosecha estimada en 177,1 millones de toneladas (+3,3%).
Este jueves le organismo oficial Conab indicó que la siembra de soja a nivel nacional alcanzó el 90,3% de la superficie proyectada y que en Mato Grosso, el principal estado productor de poroto, la siembra ya ha finalizado.
Con eso se espera que la oferta exportable brasileña de poroto de soja en 2026 sea de 112,0 millones de toneladas versus 106,9 millones este año, mientras que en el caso del harina de soja la proyección de la Conab es de 24,6 millones contra 23,6 millones este año.
A pesar de esa avalancha de oferta, el precio de referencia de la soja Paranaguá en Brasil sigue muy firme a causa de la presión de la demanda china, que no termina a establecerse en EE.UU. en el marco de difíciles negociaciones comerciales entre Xi Jiping y Donald Trump.
El otro aspecto destacado es que hasta mediados de septiembre pasado el precio de la soja FAS Paranaguá en el mercado disponible era en torno a un 45% superior –medido en u$s/tonelada– al de la soja Rosario en la Argentina, pero luego del régimen de suspensión temporaria de derechos de exportación esa diferencia se redujo de manera considerable.
Es importante considerar que en el mes de septiembre la suba abrupta del valor de la soja Rosario provocó un bajón del precio del poroto brasileño, lo que tiene lógica porque las retenciones argentinas aplicadas a la soja representan, de manera indirecta, un “subsidio” a los productores brasileños (también uruguayos y paraguayos).
Sin embargo, ese efecto bajista en la soja Paranaguá se diluyó gracias al efecto geopolítico de la concentración de compras china de poroto de soja en el Mercosur; sin esa gran ayuda, el fenómeno de equiparamiento de valores relativos en el ámbito del Mercosur quizás se habría profundizado.
Ambos hechos combinados representan un muy buena noticia para los productores agrícolas del Mercosur, especialmente si se tiene en cuenta que recientemente la Argentina anunció que rebajará la alícuota del poroto de soja del 26,0% al 24,0%, mientras que en el caso del aceite y la harina de soja la rebaja será al 22,5% versus el 24,5% vigente.







