Esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario publicó un informe en el cual se muestra que el margen neto proyectado del cultivo de trigo 2024/25 de un planteo tecnológico estándar en la zona núcleo pampeana es de 72 u$s/ha en campo propio y -90 u$s/ha en campo arrendado.
Se trata de una manera inadecuada de reflejar los márgenes proyectados porque las normas contables de cualquier actividad económica indican que resulta indispensable considerar todos los costos al momento de calcular la rentabilidad.
Eso, que es un obviedad en gran parte de la economía, en el agro sigue siendo –aunque parezca mentira– una cuenta pendiente que se refleja en la estimación de márgenes “con y sin arrendamiento”.
Aun en los casos de empresas agrícolas con tierra propia, los márgenes deben ser estimados y consolidados considerando el costo de oportunidad de la tierra, pues, sencillamente, si el margen por obtener al producir es inferior al generado por el arrendamiento, entonces la decisión más racional sería alquilar el establecimiento en lugar de ponerlo en producción.
El valor inmobiliario debe ser contemplado en todas las actividades –agrícolas, ganadera y lechera–, pues, de otra manera, resulta imposible evaluar el valor agregado (o desagregado) generado por la gestión gerencial de la empresa.
Las empresas agropecuarias más sofisticadas hace tiempo que emplean ese criterio integral, además de utilizar además programas de gestión para integrar análisis contables, financieros y patrimoniales, pero no es la norma general en el sector.
También es importante aclarar –el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario no lo hace– que el costo del arrendamiento comprende el 50% del total del mismo, dado que la otra mitad se aplica al cultivo de soja de segunda que se siembra luego de cosechar el trigo (lo mismo aplica a la cebada o a cualquier otro cultivo invernal).
No existe manera de informar de forma responsable la situación del sector agrícola sin considerar todos los costos comprendidos en la actividad y especialmente el de la tierra productiva, que es uno de los más importantes porque se trata de un recurso escaso y con alta demanda.