El 2024 fue un año difícil para los fabricantes de maquinaria agrícola. Las campañas que siguieron a la gran sequía y las dificultades financieras de los productores atrasaron la inversión de los productores en bienes de capital. Para colmo, se agudizó la presencia de equipos importados en el mercado. Aún así, los empresarios del rubro guardan expectativas en que verán una mejora.
En realidad, según nos explica Esteban Baldoni, gerente de la firma de pulverizadoras Praba, no les queda otra que confiar, porque no les queda otra y el fabricante nacional seguirá haciendo lo que sabe. “Argentina es así. Nosotros luchamos e innovamos, siempre con productos y modelos nuevos”, señaló en una entrevista con Bichos de Campo.
La empresa la fundó su padre, Roberto Baldoni, junto a un tío, Héctor Prarizzi, en 1984. Y de allí el nombre PRABA. Esteban recuerda haber escuchado a su viejo rezongar muchas veces y, desde que se unió con su hermano hace varios años, él también lo ha hecho. La pregunta es quién de todos los empresarios nacionales no se ha agarrado la cabeza más de una vez por el contexto económico y productivo con el que deben convivir.
En su caso, se especializan en un rubro complejo, las pulverizadoras autopropulsadas. En ese segmento del mercado, a la competencia tecnológica natural entre marcas se suma un creciente ingreso de maquinaria del extranjero, con la eterna promesa de que lo que viene de afuera es mejor. Esteban descree de esa muletilla: “Todas las máquinas nacionales están muy bien equipadas. Lo mismo que hay en otros países se produce en Argentina”, aclaró.
Para los productores “fierreros”, hoy por hoy esa maquinaria tiene todos los “chiches”: Mapeo de lote, corte de secciones y pico por pico, piloto automático y hasta giro de cabecera incorporado. “Dentro del campo la máquina prácticamente se maneja sola”, indicó el fabricante. Además, han logrado buenos avances en la detección de malezas, incluso sobre verde (es decir, identificar el yuyo objetivo dentro del cultivo), lo que permite una aplicación más precisa y el ahorro de insumos.
La planta de PRABA está ubicada desde los comienzos en el pueblo de Tortugas, en plena zona núcleo metalmecánica santafesina, y tiene capacidad para fabricar una decena de pulverizadoras al mes. Con lo que fue el 2024, donde se registró una caída en las ventas en todos los segmentos, eso les sobró; pero Baldoni confía en que haber dejado atrás la sequía, junto a la reaparición del crédito, les dará más aire este 2025.
“Estamos vendiendo bien. Veo venir un buen año para nosotros”, señaló. La cuestión está en que esa recomposición de la demanda también está inserta en un mercado donde hace meses ingresa maquinaria importada, en medio de un esquema cambiario y una estructura impositiva sumamente desfavorable para los industriales locales.
Mirá la entrevista completa con Esteban Baldoni:
La postura de Esteban es congruente con la de otros empresarios del rubro: No les asusta competir con la importación que alienta el gobierno, pero advierte que la cancha debe ser pareja para ambos lados. “Tienen que acompañarnos con una baja de impuestos. No nos olvidemos que la industria nacional es la que da trabajo a la gente”, apuntó.
Su cuota ya la han aportado, con innovación y tecnología de punta que hacen a una pulverización más económica por hectárea. De hecho, PRABA aprovechó su visita a Expoagro 2025 para presentar un nuevo modelo de pulverizadora autopropulsada, la AR 4.0.