Esta tarde, los ruralistas patagónicos volvieron a reunirse con autoridades del Senasa y funcionarios de Agricultura por la flexibilización de la barrera sanitaria, una medida que, a pesar de los idas y vueltas, está en plena vigencia desde hace ya tres meses. En rigor, muchos supermercados de la región ya venden el asado barato que llega del norte, desde la zona libre de fiebre aftosa con vacunación. Durante décadas, ese comercio estuvo prohibido por razones sanitarias.
Como era de esperarse, y tal como había adelantado Bichos de Campo días atrás, la intención de los productores era volver a insistir por la derogación de la resolución 460/2025, y evitar que se siga enviando cortes de carne con hueso hacia el sur del Río Colorado. Como también era de esperarse, esa solicitud fue denegada.
“Ya nos anticiparon que eso no va a suceder, así que eso es una mala noticia. No fue una reunión positiva”, señaló César Guatti, que formó parte del encuentro como delegado de la mesa ejecutiva de CRA en Santa Cruz.El dirigente adelantó que, ante ese nuevo revés, ofrecieron una solución alternativa, pensando ya en los cambios que ordenó Senasa para la vacunación anti aftosa.
La “nueva ventana” que se abrió en esta negociación en realidad surge a partir del anuncio del organismo sanitario de reducir la cantidad de dosis que se aplican del otro lado de la barrera sanitaria. Desde 2026 en adelante, sólo se le darán dos dosis a los terneros y terneras y se dejará una sola para el resto de los bovinos.
A la espera de que se implemente ese nuevo esquema, el pedido que hizo hoy el bloque patagónico en las oficinas del Senasa es que, en vez de derogarse, la resolución 460 sea suspendida hasta tanto se sepa qué impacto van a tener los cambios en la vacunación.
El argumento de los patagónicos es que, con la barrera sanitaria abierta, si ingresa el virus nuevamente al país -donde no circula desde 2006- termine afectando el estatus que ellos detentan, que es ser una zona libre de Aftosa sin vacunación.
Tras la negativa para el pedido de la derogación, la propuesta de suspensión quedó en “veremos”, y la nueva presidenta del Senasa, Beatriz “Pilu” Giraudo, prometió continuar el diálogo los próximos días, pero esta vez no en Capital Federal sino del otro lado del Río Colorado.
Mientras tanto, el bloque patagónico cuenta con varios otros flancos abiertos. Por el ala judicial, aún no ha entrado en vigencia la medida de amparo a la que hizo lugar la cámara federal de Tierra del Fuego que, cuando suceda, suspende la resolución por 30 días.
Mientras tanto, los ojos están puestos en la respuesta que prometió dar el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) chileno luego de las auditorías que llevaron a cabo la semana pasada. Hasta ahora, el país vecino mantiene interrumpida la compra de carne argentina proveniente de la Patagonia, y queda por definir si la resolución del SAC sigue en pie o se cambia.
“La presidenta de Senasa se mostró optimista con respecto a esa respuesta y confía en que los chilenos van a cambiar de opinión, pero todavía no lo sabemos”, aseguró Guatti.
Si la situación con Chile no parecía suficiente, los productores se enteraron hoy también que la Unión Europea podría llevar a cabo una auditoría -tal como ellos mismos vienen advirtiendo- durante el mes de noviembre.