A los 15 años, Antonella Ramos hizo las maletas junto con su mamá y su hermano para dejar La Cortadera, un paraje rural donde había nacido y que está ubicado “monte adentro”, a unos 45 kilómetros de Villa Dolores, en la provincia de Córdoba. Ella, como muchos otros chicos, no tenía lugar para continuar sus estudios.
Ese éxodo desde las zonas rurales -historia repetida para cientos de familias campesinas- pudo revertirse paulatinamente en el caso de Antonella porque las comunidades de campesinos de la zona se organizaron para poder tener su propia escuela secundaria. Esta muchacha campesina en algún momento pudo volver y terminar sus estudios. También comenzó a formar parte de esa organización social.
Esta lucha a favor de la educación se profundizó con la creación luego de un circuito para comercializar los productos producidos por este tipo de comunidades “monte adentro”, que suelen ser malvendidos y no ofrecen el reconocimiento económico correspondiente a los productores.
La red de almacenes conformada por el Movimiento Campesino de Córdoba tiene una sede en Villa Dolores -donde trabaja ahora Antonella- pero también en Córdoba Capital. También comenzaron a llevar bolsones de productos agroecológicos. La marca es “Monte Adentro”. Allí se ofrecen a precios justos para el productor alimentos elaborados en los departamentos San Javier, San Alberto, Minas y Cruz del Eje. También los productos del paraje La Cortadera.
Antonella tiene ahora 29 años y atiende el pequeño local de la red ubicado en Villa Dolores. “Se me hace fácil trabajar en el local porque al ser egresada de La Cortadera conozco muy bien cómo se elaboran todos los productos y estoy muy informada. Así que si un cliente me pregunta algo, sé como explicarle”, comentó a Bichos de Campo.
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Cabritos, miel, arropes diversos, quesos de cabra y numerosos productos tradicionales de los departamentos del oeste de la provincia de Córdoba se exponen en las estanterías del pequeño almacén campesino. También hay carbón y leña. Los bolsones de verduras agroecológicas se distribuyen entre clientes de toda la región. Pero también se ofrecen productos -como vino mendocino o yerba mate de Misiones- elaborados por comunidades rurales de otras regiones.
“Queremos que nuestra gente pueda acceder a alimentos sanos producidos por familias campesinas y de la agricultura familiar”, remarcó Ramos, que nos explicó que todo se hace a partir de aplicar el criterio de comercio justo tan difundido en otras regiones del planeta. Los valores de venta de cada cosa, en rigor, se pactan caso por caso, en negociaciones directas con el productor.
Antonella destaca que son más de 200 familias las que se benefician de esa producción y aclara que las ganancias que se van obteniendo se van repartiendo entre todos. Solo guardan una parte del ingreso para comprar lo que haga falta para seguir adelante con el negocio.
–Si pudieras pedirle algo al presidente Alberto Fernández… ¿Qué les hace falta a las familias campesinas de Monte Adentro?
-Para mí lo que más nos hace falta es campo para poder seguir produciendo. Así los jóvenes no se van y siguen trabajando allí- resumió esta muchacha campesina. Políticas que ayuden al acceso a la tierra es el reclamo permanente de este tipo de comunidades, que han ido migrando porque la pequeña escala de sus establecimientos (muchas veces ni siquiera bien demarcados) no dan para sostener a varias familias.
Antonella Ramos, que ya volvió una vez al paraje La Cortadera para poder terminar allí el secundario, piensa ahora en un segundo regreso. “En algún momento me gustaría volver. Nunca pensé que me iba a ir, pero las circunstancias hicieron que me tuviera que salir del pueblo para estar al cargo de este local. Aquí de algún modo me siento parte del campo, como si estuviera en mi casa”.