Esta semana el Senasa confirmó la detección del primer caso de influeza aviar altamente patógena (muy contagiosa) en el país. El virus se detectó en un ave silvestre en la provincia de Jujuy y al día siguiente se declaró la emergencia sanitaria.
El caso está ubicado a 240 kilómetros en línea recta del primer establecimiento comercial avícola, indicaron en Capia, la cámara que reúne a los productores de huevos de la Argentina. Pero también el virus fue detectado en Uruguay, justo frente a Entre Ríos, donde están las mayores granjas de pollos parrilleros y gallinas ponedoras de la Argentina.
Por eso la noticia encendió las luces de alerta y de preocupación en el sector privado, ya que esta enfermedad respiratoria de las aves podría significar serios perjuicios económicos para los productores y consumidores si apareciera también en los sistemas comerciales.
La influenza es una enfermedad respiratoria que genera la rápida mortandad de las aves. Si entra a un planteo comercial lo deja sin nada, explicó Javier Prida, el presidente de la Capia.
En el caso del negocio del huevo, en la Argentina hay 1.000 granjas y 51,5 millones de gallinas ponedoras. Esto permite un consumo de 325 huevos per cápita y por año, uno de los más altos del mundo.
Lo que está en juego entonces es el sistema productivo, es decir importantísimas inversiones en un país al no le sobran. También corre riesgo el abastecimiento interno, ya que el 97% de lo que se produce se vende al mercado local.
Prida dijo que si bien la enfermedad no se transmite a los humanos por el consumo de huevos y pollos, es necesario extremar los cuidados para que la Influenza Aviar “no ingrese en los lotes comerciales, porque si faltaran huevos su precio podría saltar 2 o 3 veces como pasó en Estados Unidos, donde pasó de los 2,80 a los 11 dólares en algunos casos”
Si para el consumo humano no hay riesgo alguno, para el productor el riesgo es altísimo y las pérdidas pueden ser totales.
“Es una enfermedad que en 72 horas elimina el 97% de un plantel de gallinas ponedoras, sea de 100 o de 100.000 animales. Pero además luego hay que hacer por 90 días un vacío sanitario en la granja y si hubiera alguna a menos de un kilómetro de la fuese afectada también por lo que el control y prevención es muy importante, Acá no hay término medio”, declaró.
El titular de Capia destacó el trabajo que viene haciendo el Senasa y las autoridades sanitarias provinciales, así como la conciencia y prevención que están implementando los productores para enfrentar la situación.
Prida recomendó a los productores que hagan uso de todas las medidas de “bioseguridad, que se comuniquen con Capia y Senasa ante la menor duda, que usen mallas anti-pájaros, alambres perimetrales y máquina de sacrificio”.
“Si viene el fuego hay que estar preparado para combatirlo”, indicó.