El faltante de gasoil y ahora el paro de transportistas complican a diferentes actividades productivas y de modos bien variados.
José Ignacio Lobo, titular de Cartuc, la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán, dijo que “día que se frena, día perdidos”, en referencia a las demoras que la situación provoca a las cosechas que se están realizando en la provincia.
El productor cañero dijo que el atraso en la trilla desmejora el estado de la producción y que esto está afectando a los cultivos de caña, a los limones y también al maíz.
“Si se cosecha caña fuera de época tiene menos azúcar, cae la madurez, llegan las lluvias y entonces hay más problemas para retirar la producción”, explicó con sencillez.
En su caso tenía previsto la cosecha de su cañaveral el 15 de junio, pero no pudo arrancar por la falta de gasoil y de camiones. Además se vio afectado en cuando a la preparación del suelo para el próximo ciclo. “Esto es un problema del país, no del sector, y se requiere de una solución”, dijo Lobo.
En cuanto a la campaña de limones, el dirigente tucumano dijo que “se está pasando de época, el limón tiene que tener determinada madurez y tamaño al momento de la cosecha, lo que no se hace no hoy no se puede hacer después”, indicó.
Hay que tener en cuenta además los problemas comerciales que ya acarreaba este año el cítrico por el conflicto entre Rusia y Ucrania, así como un encarecimiento de los fletes y seguros para el resto de los mercados. Cartón completo para esa pujante economía regional.
Por su parte Mariela Kasko, titular de la Confederada Chafor (que agrupa a las rurales del Chaco y Formosa), dijo el faltante de gasoil complicó a la cosecha de soja y de algodón en esa región. “Hubo máquinas paradas a veces por varios días”. En estas provincias, los cupos de combustible entregados a los productores y transportistas son por volúmenes muy chicos.
“A veces te venden por 5.000 pesos, otras te dan 100 litros, pero para mover una máquina se requieren de miles” de litros, dijo Kasko. La productora destacó además una gran disparidad de precios: “A veces se consigue en 200 pesos y otras a 290 o 300 pesos”.
Finalmente Kasko marcó que, más allá de que la mayoría de productores haya terminado con las cosechas, la situación “complica el abastecimiento de insumos, la disponibilidad de personal y cualquier tipo de movimientos, por lo que se requiere de una respuesta rápida para que se afecte más al sector ni a la economía del país.