El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en base a la información de industrias lácteas, informó que en el primer trimestre de 2024 el consumo interno de productos lácteos retrocedió un 18,7% en volumen, pero algo menos (el 15,2%) en litros de leche equivalentes.
En el caso de las leches refrigeradas, es decir en sachet, el consumo de los argentinos retrocedió un 14,3% respecto del primer trimestre del año anterior, en tanto que las leches larga vida (no refrigeradas) el bajón de consumo fue de 20,6%.
Pero mucho más preocupante es una mirada histórica, donde el consumo de leche fluida viene cayendo cerca del 35% en los últimos ocho años. Por supuesto, este primer trimestre de 2024 es el peor de toda esa serie.
Pero como señal inequívoca de la crisis económica, los productos que más bajaron son los de más costo (que absorben una mayor cantidad de leche en su elaboración): Los postres lácteos y flanes retrocedieron casi 50%, las leches chocolatadas y saborizadas lo hicieron 45%, y la leche en polvo entera bajó 38%.
“Puede observarse, analizando por grupo de productos, una caída muy importante en todos los rubros salvo quesos, que cayó un 8,8% en litros equivalentes. Los productos de mayor valor agregado y unitario como quesos de pasta muy blanda, quesos rallados, leches saborizadas, yogures, flanes y postres presentaron una gran caída asociada a las subas de precios y al retraso en el poder adquisitivo del sector medio de la población que demanda en mayor cuantía estos productos”, dice el informe del OCLA.
Tomando únicamente los datos de marzo pasado, las ventas de productos lácteos al mercado doméstico mostraron una leve mejoría respecto de febrero: subieron en volumen 6,9%. Pero la comparación interanual (contra marzo de 2023) indicó una disminución en volumen del 21,4% y del 19,6% en litros de leche equivalentes.
En este caso no hay atenuantes. Cuando se habla de la fuerte caída del consumo de carne vacuna en la Argentina, que fue de 18% en el primer trimestre, suele escucharse que los compradores reemplazan los cortes bovinos por un mayor consumo de pollos y cerdo. Pero en el caso de la leche no hay sustitutos. El consumo se achica y ya.
En el informe, el Observatorio se detuvo en el consumo histórico de leches fluidas, que son prioritarias para los estratos más bajos de la población, en especial por su consumo en niños. Desde un pico de 352 mil toneladas en el primer trimestre de 2016 se ha retrocedido a solo 231 mil en el primer trimestre de este año. El descenso ha sido brutal, del 35%.