En la primera mitad de este año, Argentina ya vendió más de 140.000 toneladas de limón a mercados como Estados Unidos, Rusia, Grecia y Países Bajos. Pero a pesar de ser uno de los países líderes en este rubro, no había logrado aún enviar estos cítricos a uno de sus vecinos. En Chile alegaban riesgos fitosanitarios, aunque hacían el movimiento contrario: Nos vendían limones a nosotros.
Tras un largo período de negociaciones, la situación se corrige y la Argentina podrá exportar sus limones frescos al país vecino. Así lo confirmó el Senasa, que era el organismo que llevaba adelante las diligencias junto a la Secretaría de Agricultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores, que siempre se empeñan en figurar cuando hay que dar buenas noticias.
La noticia llegó con la publicación de la Resolución Exenta 5040 del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile, de fecha del 2 de julio. En esa normativa se establecen “requisitos fitosanitarios para la importación de frutos frescos de limón (Citrus limón) para consumo, producidos y procedentes de Argentina”.
En particular, el temor del otro lado de la Cordillera se centraba en dos plagas que afectan a los cítricos, ya que ellos también son productores y exportadores. Una es la Phytophthora palmivora (o Cáncer del tallo), que es un conjunto de hongos que pudre el fruto; y la otra es la Guignardia citricarpa, conocida como “mancha negra” por el efecto visual que genera.
Para mitigar esos efectos y reducir riesgos, ambos organismos, el Senasa y el SAG, acordaron un protocolo de trabajo conjunto.
La noticia llega casi en paralelo a la confirmación de que Chile no permitirá el paso de animales en pie desde Tierra del Fuego, por los cambios recientes en la barrera sanitaria.
Es una de cal y una de arena para Argentina. Pero particularmente en el caso de los limones, una medida muy festejada por el sector, que aún lidera la producción mundial pero atraviesa una seria crisis desde hace años.
Cabe destacar que las exportaciones de este complejo representan la mitad de lo que consume localmente como fruta fresca. De todos modos, el principal destino de la cosecha argentina de la fruta es la industria. Con una retracción de las ventas de fruta fresca, hoy el principal negocio está en la venta de aceites esenciales y jugo concentrado, que representa casi 80% de lo vendido al exterior. Durante 2024, este complejo exportó por un equivalente de más de 400 millones de dólares.