Por Matías Longoni.-
De tan repetitivas que se han vuelto (ya van cuatro este año), las reuniones entre la Mesa de las Carnes y el presidente Mauricio Macri y su equipo se han vuelto previsibles y repetitivas. Casi que no aportan nuevas noticias.
La Sociedad Rural Argentina (SRA), por el hecho de haber sido la impulsora de esta original Mesa que agrupa a más de treinta entidades de las cadenas productoras de carnes del país, detenta no solo al coordinador de ese espacio, el ganadero David Lacroze, sino también que actúa de vocera del mismo. Veamos pues qué podemos sacar en limpio del comunicado de prensa.
Empieza contando que se hizo la reunión, lo cual ya dejó de ser noticia, pues “es la cuarta vez que Macri se reúne con los representantes de esta cadena de valor”. Entre los funcionarios presentes que flanquearon al Presidente tampoco hubo grandes novedades. Fueron los de siempre. En público, no se hicieron entre ellos las zancadillas que luego suelen verse en privado.
¿Y entonces? ¿Hubo puteadas o algo? Nada de eso, sobraron los autoelogios. O al decir del comunicado, “se destacaron los avances generados a partir de la interacción público privada”.
Los indicadores que se resaltaron en la reunión, frente a un Macri que está visiblemente comprometido con lo que sucede en el sector, es que la oferta de todas las carnes (vacuna, porcina, aviar y hasta ovina) creció un 6% en los últimos doce meses, hasta 5,5 millones de toneladas. Y que esto permitió recuperar los niveles de consumo elevados que tenía la Argentina, de unos 120 kilos de carnes anuales por habitante.
Más indicadores favorables y la posibilidad de que la SRA reivindique al mellizo De Angeli y su famoso lomo de 80 pesos. Dice ese párrafo revanchista: “La exportación de carne vacuna creció en un 30%. Con estos datos, se confirma que este sector tiene la capacidad para abastecer en cantidad y calidad, tanto el consumo interno como el externo, mientras que su precio al consumidor ajustó siete puntos por debajo de la inflación”.
Entre el autobombo del sector que quiere cambiar se destacó la puesta en funcionamiento del mercado de futuros ganadero, que lleva comercializados 2 millones de kilos en dos meses.
Bueno… ¿y los anuncios? Nada nuevo, pastillitas nomás.
- Buryaile avisó que el sistema de fiscalización electrónica en los frigoríficos (cajas negras y cámaras de video) debería estar funcionando en todas las plantas desde el 1 de marzo de 2018.
- Que las entidades ganaderas se tomarán un tiempo más en busca de que su proyecto para incrementar la producción de novillos pesados, ya que lo que tenían pensado (desgravar de Ganancias los kilos adicionales) tendría un elevado costo fiscal.
- Que se trabajará conjuntamente con las provincias para reducir la tasa de ingresos brutos para el sector minorista y para que las tasas confluyan en niveles similares en cada distrito (esto es por ARBA, que casi dinamita todos los progresos en materia de evasión con una medida que ahora pateó para enero próximo).
“También se analizó la eliminación del impuesto a la exportación de cuero, que distorsiona el comercio en la cadena por favorecer a algunos de sus eslabones, en desmedro de otros”, termina el comunicado de la Sociedad Rural. Pero eso no lo podemos poner en el terreno de los anuncios o las medidas concretas. Romper con la cartelización de una industria curtidora que ha sido la protegida de todos los gobiernos es, a esta altura, solo una buena expresión de deseos.