La falta de lluvias durante el otoño e invierno habían puesto en jaque a los cultivos de cebada, que de todos modos lograron recuperar su estado y humedad en el suelo gracias a las precipitaciones de los últimos días que atravesaron a gran parte de la provincia de Buenos Aires.
Además “sufrimos el daño de las heladas. La cebada es más sensible que el trigo a sus efectos, pero las condiciones de humedad actuales harán que se recupere y que haya una buena producción”, evaluó Mario Cattáneo, especialista en el cultivo del semillero Buck.
La cebada consolidaría este año una superficie y producción levemente superiores a la del año pasado. La siembra haría sido de 1,3 millones de hectáreas y la producción alcanzaría 5,1 millones de toneladas, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. El incremento en el área será de 4% y en la cosecha de 2%.
A la mejora en la condición del cultivo se agregan los buenos precios que, según Cattáneo, permitirían que los agricultores cierren márgenes positivos, lo que no sucede en los demás granos donde el resultado está en jaque si no mejoran los valores internacional o no se toman medidas fiscales como la baja de retenciones que le devuelvan a los productores lo que se les quita al menos en parte con ese impuesto.
“Los contratos están en alrededor de 210 a 220 dólares por tonelada para la cebada cervecera de la nueva cosecha. Son valores similares a los que se están manejando para trigo. La cebada forrajera está un poquito más abajo, está alrededor de los 180 dólares. Eso hace más atractivo trabajar para tener cebada cervecera. El negocio va a ser tener cebada cervecera. Ha aumentado el ‘spread’ (diferencia) entre una y otra”, indicó.
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El especialista agregó: “La recomendación a los productores es que trabajen más pensando en tener cebada cervecera, que realmente ahí los márgenes resultan interesantes y hay un mercado para cebada cervecera de calidad”.
Para ello consideró que no hay que descuidar la nutrición de los cultivos: “Hay que tener cuidado en la fertilización, no quedarse corto con la proteína. Normalmente lo que se está pidiendo es un rango entre 9,5% a 12,5% de proteína. A veces, cuando hay rendimientos muy altos, la proteína se diluye. Este año hay que tener presente el paquete tecnológico desde el punto de vista nutricional que se usa para entrar a los niveles de proteína que requiere la industria”, recomendó.