La reciente confirmación de dos casos de peste porcina africana (PPA) en España activó las alarmas en varios países, que en muchos casos decidieron el cierre de importaciones de alimentos que impliquen un riesgo sanitario y endurecieron los controles para los pasajeros y turistas particulares.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decidió días atrás que Argentina dejaría de importar salazones, chorizos secos y jamones crudos de menos de 6 meses de maduración, que atraviesan procesos de elaboración que no garantizan la inactivación del virus. La medida anunciada fue acompañada de una mayor fiscalización en puertos, puestos fronterizos y aeropuertos.
En vistas de ampliar esas medidas de prevención, el organismo sanitario publicó hoy, mediante la resolución 940/2025 del Boletín Oficial, una nueva impugnación, que se suma a las ya dispuestas días atrás y que afecta incluso al tránsito particular.
Por el momento, traer los clásicos salazones españoles de “souvenir” ya no será factible, al menos en la mayoría de los casos.
“Se suspende, con carácter precautorio y de aplicación inmediata, la autorización de ingreso al país de lomo ibérico, trozado o laminado, sin hueso, cualquiera sea su presentación comercial”, dicta el artículo 1 de la resolución que lleva la firma de la presidenta del organismo, Beatriz “Pilu” Giraudo.
Al diferencia del que se produce y consume en estas latitudes, ese embutido español es característico por tener un marmoleado de vetas de grasa finas, que se lo da la raza de cerdo utilizada, y un sabor mucho más equilibrado y menos salado, producto del proceso de curación.

“Resulta imperativo adoptar medidas preventivas de aplicación inmediata para evitar el riesgo de ingreso de la enfermedad a través del tránsito de personas y/o equipajes acompañados”, señala la norma en sus considerandos, que justifica así la suspensión de las autorizaciones para los productos porcinos susceptibles de actuar como vehículo de dicha enfermedad transportados por los pasajeros.
La peste porcina africana es un virus no zoonótico -es decir, no contagioso para los humanos- pero muy dañino para la producción animal, por lo que su reingreso a España luego de 31 años sin casos detectados enciende las alarmas entre los productores. Cabe recordar que en lo que respecta a carne de cerdo y derivados, el país abastece a muchos mercados.
En ese sentido, en Argentina rige una alerta sanitaria para este virus desde el 2021, cuando se habían detectado focos en cerdos domésticos de República Dominicana y Haití, con potencial propagación por el continente americano.
Tras confirmarse el foco sanitario hace 2 semanas, ya se han detectado 13 jabalíes afectados por la enfermedad. Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación español, señalan que todos se encuentran dentro del “área de contención” e intentan llevar calma a los mercados, muchos de los cuales ya han puesto cerrojo para la carne y subproductos de ese origen.
Mientras tanto, los investigadores estudian el posible origen de esa propagación, y sostienen, entre sus principales hipótesis, la posibilidad de que se trate de una fuga de laboratorio. El dato que lo motiva es que el brote detectado en Collserola (Barcelona) se produjo a escasa distancia del centro de investigación en sanidad animal IRTA-CReSA, que trabaja habitualmente con este patógeno.




