La necesidad de un nuevo acuerdo para renegociar la deuda con el FMI pone en evidencia la recurrencia de la Argentina a repetir problemas históricos como si fuese una especie de ‘loop’ que no es para nada gratuito. Por el contrario, se paga con más pobreza y con más presión fiscal sobre los sectores de la economía que siguen funcionando, como es el caso del agropecuario.
El empresario agrícola Gustavo Grobocopatel evaluó que ese nuevo acuerdo con el Fondo Monetario no soluciona nada sino simplemente es la condición para comenzar con una serie de reformas “que eviten que sigamos teniendo pobreza”, y permitan comenzar un camino hacia el desarrollo, la generación de trabajo y en definitiva la inclusión social que tanto se declama.
Para eso, consideró Grobocopatel en diálogo con Bichos de Campo, hace falta “una conversación”, que derive en un acuerdo social sobre cómo salir de esta crisis que lleva ya tantas décadas.
“Sin dudas vamos involucionando, en muchos sentidos y por diferentes motivos. Hay que hacer un cambio, hay que tener una mirada común y tomar el pasado como aprendizaje para no hacer más lo que ya hicimos”, agregó Grobo.
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En tal sentido, el empresario indicó que es necesaria una serie de reformas “para entrar en el siglo 21, pasando desde la reforma del Estado, de la calidad del estado que queremos, la parte impositiva que está vinculada con el Estado, reformas previsionales, del trabajo, de la educación”.
A juicio de Grobocopatel, hay que decidir “desde qué lugar nos vamos a insertar en el mundo” y “falta un acuerdo sobre los grandes temas y sobre como los vamos a ejecutar”.
“A medida que se atrasa esa conversación caemos más y es cada vez más duro”, advirtió.
-¿Qué tiene para aportar en esa discusión el agro?
-Muchísimo, porque es un sector que hizo un camino en esa dirección, y tiene para aportar que es activo, dinámico, integrado al mundo, desde su vitalidad y desde el ejemplo y desde generosidad que implica que uno no puede ser libre y feliz si vive en una sociedad que no lo es.
En tal sentido, Gustavo consideró que hay que dejar de lado la posición de víctima que muchas veces asumen los integrantes del agro -con razón en muchos casos- para armar “proyectos, desarrollos que impliquen progreso e inclusión”.
“Para eso va a haber que hacer un esfuerzo. Hasta ahora tuvo que ver con pagar impuestos y demás, pero el campo desde esa vocación emprendedora debe desarrollar proyectos que incluyan a la mayor cantidad de gente”, recomendó el empresario.
-Hay una noticia de estos días que dice que 1 de cada 7 dólares que entraron al país tienen que ver con el sector agropecuario. ¿Eso un poco triste no? ¿No significa cierta reprimarización de la economía?
-A mí también me entristece porque significa que las otras actividades no funcionaron. Esto se da porque el agro es el único sector que sigue en pie mientras el resto se va desarmando.
Grobo cree que se continúa con una dicotomía entre campo e industria que atrasa y que fue superada en el resto del planeta: “Ya nadie ve al mundo segmentado entre agro e industria sino como ecosistemas productivos. Esta idea del ecosistema permite desarmar esta segmentación que fue tan perjudicial para nuestro país”.
El empresario, a pesar de todos lo problemas que tiene la economía y que impactan de lleno en la conflictividad social, no pierde las esperanzas: “Soy optimista porque confío en el talento argentino y eso es una base, tenemos además recursos naturales y tenemos algo para aportar en el mundo. Hay motivos y razones sobradas para ser optimistas y no perder la esperanza”.
Hombre afortunado Grobo: alcanzo el nirvana y es optimista en esta Argentina decadente!