Por tradición familiar, Analía Esperón se dedicó siempre a la ganadería y al transporte fluvial. Durante varios años, lo hizo exclusivamente en el Delta del Paraná, donde, además de la cría, trabajó como capitana de barco ganadero, aquellos que trasladan a los animales a las islas periódicamente.
En paralelo, y empujada por la inseguridad rural, hace un tiempo mudó parte de su producción al noroeste de la provincia de Buenos Aires, precisamente a Leandro N. Alem, uno de los 19 municipios en los que estará su boleta el próximo domingo.
Esta productora y dirigente es la primera candidata a senadora por la cuarta sección electoral del partido Nuevos Aires, un frente que debutará en las urnas en los comicios bonaerenses. Sin un pasado en la política, pero sí en la actividad agropecuaria, Esperón sostiene que se postula como legisladora para “poner la mirada en el campo y las localidades del interior”.
“Me uní porque no me sentía representada por ningún espacio. El campo mismo no está representado en la política”, explicó Analía, que recibió hace pocos meses el ofrecimiento para liderar la cuarta sección, no casualmente el epicentro de la zona núcleo pampeana.
La agenda de prioridades, señala la productora devenida candidata, está integrada por las demandas del sector que ella misma integra: La declaración de emergencia agropecuaria, la infraestructura rural y la seguridad. Todos ellos, en su conjunto, factores que condicionan a menudo la rentabilidad y claudican la inversión productiva.
“La policía rural y los médicos del interior necesitan más espalda y jerarquía. Cuando uno tiene alguna emergencia en el campo, siempre acuden primero con las herramientas que tienen”, ejemplificó, y lamentó que, por la falta de recursos y previsibilidad “siempre pague el productor primario”.
Lo cierto es que, de ser elegida, en diciembre deberá sentarse en su banca de la legislatura bonaerense y llevar esas demandas al recinto. “Voy a patear varias tranqueras, porque se ha cerrado tanto la ciudad respecto al campo que los políticos no tienen una mirada productiva”, destacó Esperón.
Uno de los ejemplos, dice, lo aporta el plan de ajuste dispuesto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un organismo al que su partido toma como bandera. El pedido concreto es el de incrementar la estructura en el interior, en lugar de cercenarla, ya que, aseguran, es lo que asegura que haya producción de calidad.
Justamente, Analía guarda una estrecha relación con ese tema, pues parte de su labor dirigencial, como delegada de la Sociedad Rural Argentina, es integrar el Consejo Regional Buenos Aires Norte por INTA.
En paralelo, también tiene su silla en la mesa provincial de seguridad, otro de los aspectos que incluye entre las prioridades a trabajar.
“Yo vengo del campo, no de la política, y lo único que me respalda es mi trabajo”, expresó la candidata, que considera que ponerse el traje de legisladora es, en cierto sentido, cambiar un barro por otro: “Me voy del barro del campo al barro de la política”, señaló.
De todos modos, más allá de lo que decidan las urnas, Analía considera que parte de su tarea ya fue cumplida, pues uno de los objetivos de su plataforma es “visibilizar al agro” con experiencias que viven los productores en carne propia, las muchas historias de esfuerzos, éxitos y fracasos que tiene el interior productivo.
“La clase política se ha encargado muy bien de cumplir con el ´divide y reinarás´. Nosotros queremos unir lo que separaron y hacerlo, justamente, en un punto de quiebre, en el que ya no es factible este abandono a la ruralidad”, concluyó.