Una caja de 100 saquitos de té de las principales marcas, sean de Corrientes o de Misiones, vale cerca de los 400 pesos en el mercado. Como cada saquito de la infusión carga cerca de 2 gramos, se puede estimar que el té necesario para llenar un saquito (claro que incluyendo todo el proceso industrial y añadiendo los costos comerciales) tiene un valor de cerca de 4 pesos por saquito o de 2 pesos por gramo.
Es muy poco lo que deja esa caja de té para el pago de la materia prima que da origen a todo este proceso. Hasta ahora, con 4 saquitos de té (es decir con 8 gramos) era suficiente como para pagar 1 kilo del brote verde en la zona productiva, donde arranca todo un recorrido que luego termina adentro de una taza.
Decimos hasta ahora porque el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones resolvió en las últimas horas subir sin mayores discusiones el valor del kilo de hoja verde que debe pagarse a los colonos misioneros que lo producen, y que comenzaron a desgano a cosechar sus plantaciones.
El valor de la hoja verde de té había sido establecido en 16 pesos en noviembre pasado, pero fue actualizado por resolución a un nuevo valor de 17,50 pesos por kilo.
“Se considera necesario actualizar el precio referido en el artículo 1 de la Resolución 97 del 11 de noviembre 2022 en virtud de las variaciones en los siguientes factores: costos de producción agrícola y tipo de cambio”, indicó la resolución del gobierno misionero. Esa provincia es la única que interviene en los procesos de formación de precios de dos productos locales.
La yerba mate tiene un valor regulado cada seis meses por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), donde participa la provincia y los distintos eslabones de la cadena productiva. Misiones replicó este modelo a escala provincial para el té con la Coproté (Comisión Provincial del Té), pero allí también parece ser difícil que los distintos sectores concilien en torno a un precio justo.
Esa Comisión, donde intervienen todos los sectores, se había reunido a principios de noviembre para definir el precio de la temporada 2022/23. La hoja verde (que es la que cosecha el productor y entrega a la industria) valía hasta ese momento 14,75 pesos por kilo, y se decidió aumentarla a 16 pesos. Pero pasó solo un mes desde aquella decisión que el Gobierno provincial decidió intervenir para aumentar todavía más esa cotización y llevarla a 17,50 pesos.
De ese modo, en el curso de dos meses el precio del té pagado al productor se incrementó en 2,75 pesos o 20%. Es menos de lo que vale 1 saquito de 2 gramos de té para el consumidor.
Ahora con lo que vale una cajita de 100 saquitos de té, los mencionados 400 pesos, ahora se pueden comprar casi 23 kilos de la materia prima.
En aquel primer momento, cuando el té paso al escalón intermedio de 16 pesos que ahora, distintos sectores de la producción habían advertido que el valor fijado por la Coproté era a todas luces insuficiente. “Estamos lejos de un precio por el que valga la pena laburar. Solo sirve para mantener la actividad a la espera de que, en algún momento, los iluminados de Buenos Aires nos den un dólar que nos permita trabajar mejor y ahí buscar rentabilidad. Hoy la rentabilidad es menos cero”, le había icho a Bichos de Campo Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de Productores Agrarios de Misiones (APAM) y director por la producción en la Coproté. La misma fuente había calculado que un valor lógico era de 28 pesos por kilo. O de 7 saquitos.
Este retraso evidente entre aquel valor de noviembre y las exigencias de los productores había vuelto a hacer ruido en las últimas semanas. Las partes de la cadena del té en Misiones se volvieron a cruzar mensajes pensando en una nueva actualización, pero las negociaciones fracasaron. “La dilatación de la reunión de la Coproté, como el cambio de postura del sector industrial sobre una recomposición, generaron un gran enojo entre los productores”, informó el diario misionero El Territorio.
Uno de los motivos del enojo es que el nuevo valor fijado en noviembre de 16 pesos por kilo debía comenzar a regir desde el 1 de diciembre, cosa que tampoco había sucedido.
De allí esta intervención directa del gobierno fijando un nuevo precio, que reconoce al menos la evolución del tipo de cambio oficial y algunos costos que se agregaron. Pero este valor tampoco está al parecer en línea con lo que necesitarían los colonos.
Fabián Laban, represente de los tealeros por la Federación Agraria Argentina (FAA) filial Misiones, aclaró que los nuevos valores fijados unilateralmente por el gobierno tampoco satisfacen a los productores por el alto costo que tienen sus insumos para producir. “Nosotros hoy para estar bien tendríamos que tener un precio de 30 a 32 pesos por kilo. Para cubrir todos los costos que se tienen”.
El ideal planteado de 32 pesos sería equivalente a 8 saquitos. Casi el doble de los que reciben ahora.
El Ministerio del Agro y la Producción, que hace equilibrio entre producción e industria, trata de maquillar la situación con otras medidas de ayuda a la producción primaria, como un subsidios en el precio de unas 2.500 toneladas de fertilizante nitrogenado aplicado durante la primavera en las plantaciones, y otras rebajas, como el 30% de la tarifa eléctrica de las industrias entre los meses de noviembre a abril.
Pero nada parece ser suficiente como para relajar la tensión de esta economía regional.
Misiones concentra el 95% de la oferta nacional de té. Tiene aproximadamente 29.000 hectáreas destinadas a esa producción, aunque esa superficie viene cayendo en los últimos años justamente como fruto de la baja rentabilidad. La cosecha suele acercarse a las 80 mil toneladas, de las cuales la mayoría tiene como destino la exportación.
El epicentro productivo está en las localidades de Oberá y Campo Viera –definida como la Capital Nacional del Té-, aunque también se produce en casi todos los departamentos del centro de la provincia: 25 de Mayo, Cainguás, Guaraní, San Pedro, Leandro N. Alem y San Javier. Existen más de 5000 productores, seis cooperativas y unas sesenta empresas elaboradoras del producto.