El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este lunes que, como ya hizo con la soja, habilitará un tipo de cambio especial para las exportaciones de las economías regionales. No definió el valor, que para la oleaginosa fue de 200 pesos por dólar. Pero anticipó que regirá solo durante 40 días, entre el 20 de noviembre y el 30 de diciembre, y siempre y cuando las empresas exportadoras que se beneficien se acojan al programa de Precios Justos, congelando sus valores de venta al mercado interno.
La medida es claramente un engañapichanga. Muy pocas economías regionales realizan sus cosechas en esta época del año y por lo tanto la medida solo beneficiará a un conjunto de empresas (entre ellas, por ejemplo, las grandes bodegas) que tienen stocks acumulados con chances de poder exportar. Pero claramente será difícil que el beneficio llegue después a los productores, que Massa eligió como excusa para estos anuncios “de emergencia”, luego de las intensas heladas tardías que afectaron una gran cantidad de producciones a fines de octubre.
En la sede del INTA en Mendoza, donde afortunadamente los viñedos que hacían de telón de fondo al acto sobrevivieron al fenómenos climático inusual para esta época del año, Massa anunció un “programa de fomento a las exportaciones” que copiará los postulados del dólar soja que rigió en septiembre pasado, y que permitió una avalancha de ventas de los productores que retenían sus granos en silobolsas. No definió de cuánto sería el tipo de cambio especial. Lo cierto es que desde las economías regionales desde hace rato se viene reclamando una mejora del dólar oficial al cual los productores cobran sus exportaciones, mientras que los costos de producción se han ubicado en cotizaciones muy superiores.
“Así como lo hicimos con otras cadenas de valor lo vamos a hacer con las economías regionales, pero con dos condiciones. La primera es que tiene que haber acuerdo entre los exportadores y los productores, para que los incentivos que el Estado Nacional va a poner no queden solo como rentabilidad de los exportadores, para que lleguen al productor”, dijo el ministro de Economía.
Será difícil pues la mayor parte de los productores -salvo en el caso de algunas frutas, como las cerezas o los arándanos- son cosechadas luego del periodo de vigencia de este operativo. La temporada de peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, por ejemplo, se pone en marcha recién en la primera quincena de enero. La vendimia de uvas arranca recién en febrero. Y así con muchas otras economías extrapampeanas. Por eso el tipo de cambio especial podría ser aprovechado solamente por empresas más concentradas que tengan stock disponible para exportar en diciembre próximo. Las grandes bodegas pueden ser un caso. Pero no hay muchos más.
La segunda condición es todavía más difícil de cumplir, pues Massa condicionó el dólar especial para economías regionales a que “todos los integrantes de las cadenas de valor de las economías regionales participen del programa Precios Justos, para garantizar el abastecimiento en el mercado interno”. De nuevo, solo una serie de empresas muy concentradas, como las bodegas, estarían en condiciones de asegurar esos valores. La mayor parte de las economías regionales venden sus productos en fresco, sin demasiado grado de procesamiento, por lo cual es muy difícil que tengan un precio único.
En el acto, flanqueado por el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, y por la senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti (de la que dijo estuvo “picoteándole” la cabeza toda la semana con el reclamo de medidas específicas para Mendoza y otras economías regionales afectadas por las heladas), Massa no hizo mención al demorado anuncio de un fondo específico para las economías regionales, por 40.000 millones de pesos, que anunció ni bien terminó el operativo del dólar soja en septiembre.
Pero anunció otros paliativos menores.
- Habrá transferencias directas de aportes no reintegrables a las provincias afectadas por las heladas por 1.500 millones de pesos del Fondo de Emergencia Agropecuaria de la Secretaría de Agricultura.
- Se lanzará una línea de créditos a tasa 0% y 18 meses de plazo desde el Banco Nación y el BICE, orientado a que los productores afectados puedan recomponer sus actividades.
- Una segunda línea de crédito tendrá plazos de hasta 50 meses, pero se concederán a una tasa fija de 48%. La gracia aquí es que se deberán empezar a devolver luego de un plazo de gracia de 18 meses.