“Sería beneficioso para el clima y la salud humana que la gente de países desarrollados consumiera menos carne”, dijo hace poco Hans-Otto Pörtner, presidente del grupo de trabajo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los científicos allí reunidos advirtieran luego, en un informe especial sobre el impacto que tienen nuestros hábitos alimenticios en el medio ambiente. Allí es cierto que la ONU pidió reducir el consumo de carne para frenar el cambio climático, pero además de adoptar medidas en contra de la deforestación y promover otras a favor del uso sostenible de los suelos.
Hay quienes sostienen que esto no es tan así y consideran que las buenas prácticas agropecuarias no son tenidas en cuenta en el informe. La consultora Carbon Group- Agroclimatic Solutions que dirige Martín Fraguío, presentó un informe que demuestra la importancia que tiene el sistema agroalimentario y el uso de los suelos en producción como solución al cambio climático global. Recomienda a las instituciones del agro que alineen sus estrategias, de manera de “aprovechar esta oportunidad y prepararse para una economía global baja en carbono”.
“Yo sigo el impacto del mundo de los agronegocios en el cambio climático desde 1992, momento en que empezó a discutirse este fenómeno entre los líderes del mundo en una convención en Río de Janeiro, Brasil. Ese año Argentina presentó su primer Inventario Nacional de GEI (Gases de Efecto Invernadero) y en 2006 presentó su segundo inventario. En ese momento los gobiernos sostenían que había mucha emisión de parte de las empresas, pero al mismo tiempo sentían que si les decían que dejaran de emitir, iban a bajar su actividad. Pero cuando se hizo el Acuerdo de París en 2015, la imagen que se empezó a transmitir es que las empresas más grandes del mundo empezaron a ser conscientes de este problema y lo comenzaron a ver como una oportunidad para el desarrollo de nuevos negocios”, dijo Fraguío a Bichos de Campo.
Mirá la entrevista completa realizada a Martín Fraguío:
Ese mismo año, 2015, Fraguío explicó que “las Naciones Unidas aprobaron el documento ´Agenda 2030 y metas para el desarrollo sostenible”, en el cual se trazaron unas 17 metas, en donde se contempla la solución del cambio climático, eliminar el hambre, y tender hacia una producción y consumo responsables. De modo que el planteo de las empresas fue el de rever cómo hacer los negocios de aquí en más, y ahí es donde creo que la empresa agroindustrial argentina debe replantearse lo que está haciendo”.
El director de Carbon Group enfatizó que “un primer planteo es entender que esa empresa agropecuaria tiene actividades que emiten y otras que capturan”.
Luego explicó que “ese fue uno de los planteos que presentó el ministro de Agricultura de Francia en 2015 y que pasó desapercibido. Él sostuvo que el principal almacén de captura de carbono está bajo nuestros pies y son los suelos. Por ende, el objetivo es el de que ese stock de carbono de suelos, que es 5 veces el de la atmósfera, que es donde tenemos el problema, no vuelva a aumentar, y por ende aumente el del suelo”.
“¿Cómo lo logramos? A través de las plantas y la fotosíntesis. Ahí está la clave. Esto, que para muchos es una tontería, ya es considerado por otros países que lo tomaron como primordial en su agenda. Y yo creo que Argentina debería seguir ese mismo camino, sugirió el experto.
Ver: Fernando Canosa: “La ganadería argentina secuestra más carbono del que emite”
Respecto del informe especial del IPCC, Fraguío, que también es miembro del Equipo de Apoyo del Grupo de Países Productores del Sur (GPS) en Argentina, consideró que “es un documento muy grande que habla de tantos temas, que se puede tomar cualquier fragmento del documento como un título”.
“El documento, más que nada, hace referencia a la necesidad de un cambio de dieta, tanto por razones de obesidad, como para evitar el cambio climático y las emisiones de GEI. Para mi la cuestión de fondo pasa por develar qué clase de impacto real tiene en el ambiente la producción de carne, porque no todo sistema de producción emite. Hay quienes generan emisiones por el manejo que hacen de la ganadería, de la bosta o del desmonte, pero también hay otros que manejan las pasturas de un modo en que emite menos”.
Fraguío hizo referencia a que trabaja muy conectado con Ernesto Viglizzo, quien además de ser investigador del Conicet, es miembro de apoyo del Grupo GPS. “Sus teorías aún no fueron consideradas por el IPCC, porque las mismas no fueron demostradas. El IPCC es un cuerpo dentro del acuerdo marco de Naciones Unidas para el cambio climático y hay que tener en cuenta que el documento debe ser aprobado por todos los países, y eso llevará un proceso complejo y largo”, explicó Fraguío sobre esta línea de trabajo.