Manuel Otero, el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), es el argentino mejor posicionado en los organismos multilaterales en estos momentos. Participó este miércoles de una nueva edición de “Diálogos sobre el Futuro de la Agricultura”, un ciclo organizado por Bayer Crop Science. El objetivo de la charla era discutir cómo implementar sistemas de alimentación más sustentables, una necesidad que quedó en evidencia con el inicio de la pandemia. Y allí el alto funcionario dejó un par de definiciones para la polémica.
No es noticia que Bayer, principal proveedora de insumos y tecnologías agrícolas del mundo, viene alentando la aplicación de practicas más sustentables y esto quedó a la vista en el último congreso de Aapresid, donde anunció que comenzaría a “recompensar” a los productores que logren una agricultura que permita la captura de gases de efecto invernadero. Pero en el caso de este ciclo de debates, la empresa buscó abocarse a la problemática mundial de producción y acceso de alimentos. El encuentro tuvo como ejes centrales el desperdicio de alimentos –que según estimaciones de la FAO llega al tercio de la producción total global-, el rol de las nuevas tecnologías en la ecología y los retos a enfrentar para lograr sostenibilidad.
Uno de los temas más discutidos fue la compra local de productos, que es una política que se suele propiciar desde el Ministerio de Agricultura y el INTA, a veces en desmedro de otras opciones comerciales. Las “ventas de cercanía” son además uno de los caballitos de batalla de la agroecología. Desde este concepto, los consumos de cercanía representan ventajas sustentables en tanto que disminuyen la contaminación generada por el transporte pesado y porque permiten dinamizar economías locales.
Sin embargo, desde el punto de vista del sistema global de comercio actual, que permite el envío de productos frescos de punto a punto comunicando continentes, Manuel Otero remarcó que la localía representa un gran reto para la agroindustria.
“Hay quienes creen que sólo se debe consumir lo que se produce localmente. Esto creo que ignora muchos desarrollos por los que han pasado los agricultores. Se dice que menos de una tercera parte de la población mundial podría satisfacer su necesidad de comida a nivel local. La verdura fresca por ejemplo es imposible conseguirla en el hemisferio norte con el frio. El comercio internacional tiene más ventajas que desventajas”, señaló el titular del IICA, que remarcó que hay gran desconocimiento sobre cómo llega la comida a la mesa y lo que implica la cadena de suministros.
Se discutió además cómo el acceso a las tecnologías está logrando colmar el hueco entre lo rural y lo urbano, y está logrando fomentar la producción desde una visión ecológica. Los panelistas considerador que hacia el futuro, es posible que estas tendencias conlleven a un equilibrio entre la producción local y la internacional.
Hacia el final del encuentro, una pregunta de uno de los asistentes trajo la problemática argentina a la mesa: ¿Cómo se debe enfrentar la falta de acceso a las provincias por la pandemia? Sucedió cuando se registran protestas de productores en todas la s provincias límitrofes a San Luis por las restricciones que el gobierno provincial ha impuesto al movimiento de personas, incluso de actividades esenciales.
Allí el expositor argentino fue tajante: “Lo peor que podemos hacer es tomar medidas proteccionistas. El gobierno federal tendría que aplicar medidas reguladoras para permitir que los insumos más importantes y las personas puedan ir de una provincia a otra. Tenemos que promover el sistema de certificaciones, protocolos, respetar y aplicar las BPA. Lo mismo vale también para las restricciones de país a país”, enfatizó.