Matías Lestani, una de las figuras clave del equipo técnico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a comienzos de este año, sin previo aviso, dejó de integrar el departamento económico de esa entidad para pasar –sin escalas– a las filas del gobierno nacional.
La “jugada” del ministro de Agricultura Julián Domínguez representó un auténtico golpe en materia institucional para CRA, que ahora está en plena búsqueda de un reemplazante.
“Ya hemos hecho dos contactos. Buscamos no sólo el perfil de un economista, sino un profesional que nos presente un proyecto que nos permita comunicar mejor lo que hacemos a nuestro sector. Estamos evaluando dos propuestas y estimo que en unos quince días habrá novedades al respecto”, explicó Jorge Chemes, presidente de CRA, a Bichos de Campo.
– CRA es de alguna manera la entidad equivalente a la CNA (Confederação da Agricultura e Pecuária) de Brasil. Pero CRA, ¿tiene recursos económicos para hacer todo lo que tienen en a agenda de trabajo?
– Estamos muy lejos de lo que puede ser la CNA, que han logrado un nivel de representación importante en la Legislatura, que es envidiable para nosotros, y que tiene una solvencia económica por los aportes que recibe por una ley, que de alguna manera estimuló eso con el consentimiento de los productores. Acá estamos lejos de eso, primero porque nuestras entidades no tienen esa posibilidad de recursos y los recursos que tenemos son escasos, porque provienen de una cuota muy chica que pagan, en el caso de CRA, las confederaciones con recursos que aportan los socios de las asociaciones rurales, que son nuestras organizaciones de base. Esa escasez de recursos nos obliga de alguna forma a estar buscando convenios comerciales, técnicos y gremiales con diferentes empresas, que tal vez no sea lo mejor, porque en el gremialismo agropecuario es importante no tener ninguna relación comercial; aunque tenemos libertad y no tenemos ningún compromiso, nos haría sentir más cómodos si los recursos provinieran en su totalidad del sector.
– ¿Con qué metodología por ejemplo?
– Hubiese sido ideal que continúe el Fondo Federal que se creó en 2008 durante la época de la resolución 125, donde los productores tenían la posibilidad de destinar un porcentaje de sus ventas a ese instrumento y decidir para qué entidad iba a ir destinado el aporte. Ese era un aporte genuino del productor destinado para la actividad gremial, pero lamentablemente ese fondo se fue muriendo por falta de apoyo. A veces nos hace pensar seriamente y cuestionar cuánto interés tiene el productor realmente de querer llevar adelante las entidades rurales. Muchas veces algunos productores dicen que no quieren aportar recursos porque no se sienten representados, pero la pregunta es qué actividad gremial se puede llevar adelante sin recursos. No se pueden generar actividades porque no se dispone de recursos y no se aportan recursos porque no se observan actividades; no sabemos cómo encauzar ese dilema.
– ¿El concepto es que no cabría el derecho a la queja si no se es parte de una organización? Eso más allá de que todos forman parte del mismo sector.
– Exacto. Es imposible desarrollar una actividad sin recursos e incluso teniendo que poner dinero del propio bolsillo; en otro momento eso quizás sí hubiese podido funcionar, pero hoy es imposible hacer actividad gremial sin recursos por los elevados costos. Y también no es bueno, porque sólo puede tener acceso a esta actividad quienes pueden “bancar” esta tarea de su propio bolsillo y se le está cerrando la posibilidad a gente que puede llegar a tener una altísima capacidad gremial.
– A partir de 2018 el aporte obligatorio a la CNA pasó a ser voluntario, pero la mayor parte de los productores sigue pagando el aporte gremial. ¿Es posible imaginar algo semejante para la Argentina, como lo tienen muchas otras actividades sindicales?
– Muchos sindicatos son financiados por los aportes de sus trabajadores y esto podría ser perfectamente igual. Lo que sí creo que ni siquiera tendríamos que estar cuestionándolo; me gustaría que esto surja de la propia voluntad del productor, porque eso indicaría de que se muestra interesado en ser representado para que esta actividad se desarrolle.
– ¿Cree que sería factible implementar en la Argentina un esquema como el que rige en Brasil?
– Posible es posible, pero para eso tendría que cambiar la mentalidad del productor argentino.
– La actual ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, surgió precisamente del ámbito del gremialismo agropecuario y eso allá es algo natural. El hecho de que Matías Lestani haya pasado de CRA al gobierno nacional, ¿también debería ser visto como algo natural?
– Depende de los resultados. El problema no es Matías Lestani. El problema es que Matías Lestani se insertó en un gobierno que tiene medidas absolutamente contrarias a la que el sector necesita. Entonces si se tiene un gobierno donde las medidas son a favor del campo, es una cuestión. Pero si estás trabajando con un objetivo en una entidad agropecuaria y cambiás a un gobierno que está en contra de eso, parece una contradicción y eso es lo que ha generado esta controversia, si puede llamarse así, dentro de nuestra entidad.
– ¿Y cómo están gestionando esa controversia?
– No hay que gestionarla, sino asimilarla. Nadie puede obligar a una persona que decida trabajar en la actividad que sea y con quién sea, lo que fue más dramático es la forma en la que Matías Lestani se fue de CRA, que tendría que haber sido más prolija y más pensada, no irse de golpe, que es lo que más se critica.
– O sea que los tomó por sorpresa.
– No tengas dudas. El día que Matías Lestani decidió renunciar a CRA, en la mañana de ese mismo día estaba yo hablando con él por teléfono sobre una decisión que teníamos que tomar en materia de comunicación y hasta ese momento yo no sabía nada. Realmente nos tomó de sorpresa.
– En este país la capacidad de asombro nos tiene acostumbrados a muchas cosas.
– ¿Cómo viene la agenda de trabajo de CRA en el ámbito de la Comisión de Enlace Agropecuaria?
– Está muy cargada porque son muchos los problemas. El problema de la exportación de carne nos ha llevado mucho tiempo y reuniones, así como el retiro de las entidades del agro del Consejo Agroalimentario Argentino (CAA), que nos llevó mucho tiempo de discusión. El problemas de los incendios, las inundaciones y la sequía también nos tiene muy preocupados y ocupados, de hecho este viernes estaremos en la ciudad de Mercedes, Corrientes, donde nos reuniremos con productores de las zonas afectadas para ver cómo podemos acompañar y ayudarlos. Y por supuesto también está en agenda reducir la carga impositiva que tiene el sector, los problemas de infraestructura, la Hidrovía, los biocombustibles, son muchas cuestiones que son importantes, aunque en los últimos días los temas urgentes ocuparon la mayor parte de la agenda.
– ¿Cree que dentro de esa agenda puede haber algún caso de éxito al finalizar el presente año?
– Si logramos que el gobierno cambie la visión que tiene del campo, eso se puede lograr. Pero en la medida que el gobierno siga viendo al campo solamente como una fuente de recursos fiscales, va a ser muy difícil que eso ocurra. La base fundamental es que el gobierno tenga otra visión de la actividad agropecuaria. Si bien el gobierno reconoce algunos planteos que hacemos, el reconocimiento no significa que tengamos soluciones.