El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, propuso acciones para acelerar la apertura del mercado japonés a la carne de vacuno brasileña.
La demanda histórica de los productores brasileños fue uno de los temas tratados en el encuentro realizado este miércoles entre Ishiba y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra en una visita oficial a Tokio, la capital japonesa.
El primer ministro sugirió la formación de un grupo para monitorear el sector y expresó su disposición a enviar expertos en sanidad animal para recopilar información y avanzar más rápidamente a las siguientes etapas de apertura del mercado.
Uno de los objetivos del viaje de Lula era, de hecho, obtener un compromiso político de Japón para enviar una misión técnica para inspeccionar las condiciones de la producción de carne vacuna del país.
Japón importa alrededor del 70% de la carne bovina que consume, lo que representa un mercado de aproximadamente 4000 millones de dólares al año. De ese total, el 80% se importa de EE.UU. y Australia, aliados históricos del país.
En el caso de Brasil, el proceso de negociación para exportar carne vacuna a Japón lleva ya más de veinte años y el último protocolo lleva cinco años en debate.
En mayo de 2024, Brasil quedó libre de fiebre aftosa sin vacunación animal y en mayo próximo ese estatus será reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMS). Se trata de un requisito indispensable para poder acceder al mercado japonés.
En el próximo semestre Brasil asumirá la presidencia del Mercosur y Lula espera negociar un acuerdo comercial entre Japón y el bloque sudamericano. El primer ministro japonés ratificó el “fuerte deseo” de elevar las relaciones económicas con el Mercosur a niveles aún mayores.
Japón es el segundo mayor socio de Brasil en Asia, sólo detrás de China, y el undécimo mayor socio comercial de Brasil en el mundo.