Luis María Migliaro es una figura largamente reconocida en el comercio de granos en la Argentina pues durante largos años ha integrado el prestigioso equipo de Marcelo Rossi en la denominada ex ONCCA (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario), que lamentablemente diversos gobiernos luego utilizaron para controlar las exportaciones del campo y otros malos menesteres.
Migliaro, que es el actual coordinador agropecuario de la Fundación Alem, que provee a la UCR de un diagnóstico técnico, ya se ha mostrado critico con dos decisiones que ha tomado la actual conducción libertaria de la Secretaría de Bioeconomía, a cargo de Fernando Vilella, en materia de relajación de controles a los operadores de carnes y granos.
El gobierno anuncia este tipo de medidas como una “simplificación” o “desburocratización” de las DJVE (declaraciones juradas de ventas de exportación) en legumbres y cultivos regionales, pero el experto radical cree que a la vez está reduciendo las posibilidades de control del propio Estado a los operadores.
“El anuncio que en principio fue aplaudido por varios operadores, inclusive por un posterior comunicado por Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) como una medida virtuosa, no es tan así. Dejar de exigir la presentación de la DJVE sobre la exportación de algunos granos (las especialidades: arveja, pisingallo, girasol confitero, etcétera) es un terrible error de la Dirección de Mercados de la Secretaría de Bioeconomía este gobierno”, consideró el experto.
A cargo de ese área del gobierno en la gestión de Vilella está el economista Agustín Tejera, quien justamente proviene de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y asesoraba al Consejo Agroindustrial.
Migliaro explicó: “Afirmo esto, porque la iniciativa se la vende como la simplificación de trámites administrativos y burocráticos y si bien es correcto, al mismo tiempo esta medida, es sumamente perjudicial para el mercado y los propios exportadores, ya que dejaran de tener la información comercial necesaria para lograr de que el mercado sea mas transparente y de libre e igual concurrencia para todos los operadores. Las empresas más grande y con más información y estructura lograrán una posición dominante sobre que aquellos de menor envergadura o que están comenzando la actividad”.
En esa línea, prosiguió: “En cambio, lo que no hace el gobierno en la actualidad, es controlar los precios que se declaran en los negocios de exportación, que son en varios casos muy por debajo del valor de mercado, lo que hace presumir una subfacturación demasiado grosera”.
Según Migliaro, “con esta resolución, será aún más sencillo ocultar el anticipo de los negocios de exportación y los valores de las mismas, lamentablemente. Con responsabilidad intelectual, debo advertir que estas decisiones no se toman por impericia, sino mas bien por una lamentable convivencia, con los sectores beneficiados”.