El doctor Luis Fortich, biólogo (y abogado), explica qué es y cómo se comporta el avispón gigante asiático, un insecto altamente predador y de gran potencia y tamaño: su cuerpo puede superar los 60 milímetros de largo y tener hasta 75 milímetros de envergadura alar.
-¿Qué tipo de insecto es este avispón?
-Pertenece al Orden Hymenoptera que abarca a las avispas, abejas, abejorros y hormigas. Su nombre cienífico es Vespa mandarinia.
-¿Pero es una avispa?
-Sí, de la Familia Vespidae, emparentada con nuestra avispa colorada (Polistes canadensis) y con la avispa del camuatí (Polybia scutelaris).
-¿Qué características tiene que la hacen peligrosa?
-Los Vespidae son predadores y capturan principalmente insectos para alimentar a sus larvas y a ellos mismos. Su par de alas membranoso les permite un vuelo eficaz y como tienen patas largas y ágiles también son hábiles en el suelo. Las hembras poseen un potente aguijón que está asociado a una glándula de veneno y utilizan para defensa y captura de presas.
–¿Qué la diferencia de las otras avispas?
-Que es una de las más grandes del mundo, oriunda del Este y Sudeste Asiático y bien representada en Japón. Al igual que todos los insectos posee un exoesqueleto (una cobertura sólida y articulada, como una armadura), que recubre todo su cuerpo. Pero en este caso, ese exoesqueleto es muy grueso y resistente en especial en la cabeza y piezas bucales, lo cual le da una ventaja importante frente a sus presas o en la defensa frente a eventuales predadores. Además, construye sus nidos bajo tierra, lo cual dificulta su identificación.
-Y son muy agresivas…
-Especialmente cuando se sienten amenazadas. Su coloración es característica por el llamativo amarillo anaranjado de su cabeza, el tórax casi negro y su abdomen que presenta bandas circulares anaranjadas alternadas con bandas marrón negruzco. Este diseño, por lo contrastante de sus colores, parecería decir “¡Ey! ¡Aquí estoy!” y, justamente, ese es el objetivo, pues durante la evolución esos colores se han seleccionado como una señal de advertencia asociada a la presencia de veneno, toxicidad o mal sabor de sus portadores, lo que desalienta a sus predadores. Los patrones de estos dibujos permiten diferenciar varias especies de avispones.
-¿Ya está presente en la región? ¿Cómo llegó?
-En el continente americano hasta ahora sólo se ha detectado su presencia muy recientemente en la Isla de Vancouver en Canadá, de donde según las autoridades ya habría sido eliminada. Y desde finales de 2019 se ha informado su introducción en Estados Unidos, en el Estado de Washington. Sacando estos registros no hay datos de la presencia de esta temida especie en otras partes de América. Se considera que su ingreso en estos casos fue accidental y probablemente ligado al transporte comercial de productos.
-¿Por qué es un riesgo en general y en especial para la producción de miel?
-Las abejas son los hymenopteros más estudiados y, seguramente, los insectos más respetados por el hombre por las ventajas que le brinda su cría y por la importancia que tienen en la polinización. Cuando hablamos de “abejas” nos referimos seguramente a la especie Apis mellifera conocida como abeja italiana o europea, que es la que crían los apicultores. No obstante, existen en todas las regiones del globo sacando los extremos polares, distintas especies nativas de abejas que también producen miel, pero generalmente sin la productividad y calidad de miel que da la abeja italiana. Con esto quiero señalar que las abejas, cuya supervivencia tanto nos preocupa, ya son una especie introducida, o sea exótica, en nuestro territorio (se supone que fueron traídas voluntariamente por colonizadores ingleses y españoles entre los siglos XVI y XVII). Sin embargo, ya forman parte del paisaje y fauna del mundo entero.
-¿Entonces?
-Con las disculpas por esta pequeña digresión, veamos por qué es un problema para las colmenas de abejas la presencia de la Vespa mandarinia. Como ya se dijo, sus nidos son subterráneos y van a pasar por distintos períodos de crecimiento hasta alcanzar su máximo desarrollo durante el otoño. En la primera etapa, las avispas obreras salen de caza en busca de insectos para alimentar a las larvas, siendo las abejas una presa apropiada por su abundancia e inferioridad de tamaño. Así, estas avispas atacan y cortan en trozos a las abejas tomando alimento para ellas y para sus crías. Esta captura puede ocurrir en el campo o una vez identificada una colmena, directamente aguardar la salida o entrada de abejas para atacarlas.
-¿Y luego?
-El problema principal ocurre cuando, avanzado el crecimiento de la colonia, surge una conducta diferente en estos avispones y es el ataque masivo sobre las colmenas. En esta etapa el interés ya no está en la “carne de la abeja” sino en la de sus larvas y algo de miel. Así, un pequeño número de avispones puede aniquilar una colmena completa en muy poco tiempo para obtener alimento para su prole. Como se ve, es justificado el temor de los apicultores sobre la eventual llegada de esta amenaza. No obstante, el daño colateral de esta relación interespecífica es la disminución de la población de abejas que tanto influyen hoy en la polinización en general.
-¿Es cierto que con su picadura pueden matar a una persona?
-Muchas personas mueren al año por efecto de la picadura de distintos hymenopteros, lo cual va ligado a la sensibilidad de cada individuo. En el caso del avispón gigante asiático, su tamaño, la longitud de su aguijón que permite atravesar más fácilmente la ropa, y la cantidad de veneno inyectada, constituyen una combinación importante a la hora de evaluar los efectos de su picadura. Si bien la composición del veneno no es muy diferente a la de otros avispones, la cantidad, la agresividad y la posibilidad de ser picado por varios individuos frente a la llamada de alerta, hacen que las consecuencias de su picadura puedan ser letales. La bibliografía señala que alrededor de 50 personas mueren al año en Japón por la picadura de este insecto.
-¿A qué se puede deber su ingreso en nuestra región?
-La posibilidad de introducción de una especie exótica puede darse por tres vías distintas: a) la llegada natural sin intervención humana (como ocurrió por millones de años hasta la aparición del hombre); b) la introducción voluntaria del hombre de una especie en particular, con o sin autorización oficial, con fines de mascotismo, comerciales o biológicos y c) el arribo accidental vinculado al transporte masivo de personas y productos por vía aérea, marítima o terrestre. La introducción de especies exóticas es un problema que ocupa a la agenda internacional en cuanto a la protección de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. En la Convención Internacional sobre Protección de la Biodiversidad, que nuestro país ha ratificado, se dedica un ítem especial a este tema.
-¿Qué es posible hacer para prevenir el ingreso de la Vespa mandarinia?
-Resultaría tremendamente improbable que su llegada fuera “natural”, es decir, sin intervención humana, por el aislamiento geográfico que existe entre su distribución original y nuestra región. Queda así analizar la posibilidad de que se ingrese esta especie en forma voluntaria o que pudiera llegar accidentalmente, que es la más posible. Si bien resulta casi irracional suponer que alguien quisiera introducir voluntariamente esta especie en el país por los riesgos y consecuencias que ello pudiera tener, no puede descartarse esta posibilidad…
-¿Y qué se hace?
-Hay normas que prohíben la introducción de especies exóticas sin la autorización de la Autoridad Competente y bajo estudios previos, por lo que depende de las administraciones ejercer su poder de policía en el control de equipajes, bultos, mercaderías y otros insumos que ingresen al país para incautar posibles transportes de material biológico. La parte más difícil es el control del ingreso involuntario, ya que en este caso el ingreso de la especie podría estar ligado al transporte comercial y la eventual llegada de alguna hembra fecundada (fundadora de colonias) junto a material vegetal, maderas o similares.
-Llegado el caso, ¿cómo se puede combatir?
-Si aceptáramos que el avispón ingresa al país por cualquier vía, primero debemos analizar su posibilidad de éxito ambiental. En este caso el animal es oriundo de una zona ubicada aproximadamente entre los paralelos 34° y 42° del Hemisferio norte (34° a 40° si tomamos Japón como referencia) lo cual es más o menos comparable con la ubicación de la ciudad de Buenos Aires hasta el sur de la provincia o, a la provincia de Neuquén en el oeste. Por otra parte, en su lugar nativo, prefiere las zonas montañosas bajas y boscosas, por lo cual todo indicaría que la llanura pampeana no sería muy compatible con sus preferencias, pero sí nuestra zona andina meridional.
-¿Hubo algún caso similar?
-Sí: ocurrió en la década del 80’ y que hoy sigue ocupando a los científicos. A partir de una introducción accidental en Chile con un cargamento de madera de la avispa Vespula germánica, conocida como “chaqueta amarilla” y oriunda de Europa, llegó a la Argentina por sus propios medios y hoy se encuentra distribuida por San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y sur de la provincia de Buenos Aires. Esta avispa genera muchas pérdidas en la fruticultura pues muerde las frutas, ataca abejas y otros insectos e incluso, ataca a mordiscos en zona de lesiones o alimentos de las personas, alterando también el turismo. Creo que sería muy buen antecedente seguir las recomendaciones y estudios científicos que se están haciendo para contener las poblaciones de este insecto, tanto su captura como destrucción de nidos, para aplicarlos en el eventual supuesto de ingreso al país del avispón gigante asiático.
Nota de la redacción: Luis Fortich fue docente en la Facultad de Ciencias Naturales de la UBA en las cátedras de Artrópodos y Vertebrados; Profesor titular de Invertebrados II, de Biología Animal II y de Anatomía y Fisiología Comparada en el Instituto Superior del Profesorado “Joaquín V. González”, y director del Departamento de Biología en dicho instituto en dos períodos.
Fue funcionario Judicial retirándose como Secretario de la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal 2 de la Capital Federal. Fue expositor en numerosos Seminarios y Conferencias y asistente a otros, así como también, participó en numerosos trabajos de campo, varios de ellos en colaboración con el Museo Argentino de Ciencia Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Actualmente se desempeña como profesor de las asignaturas Entomología y Protección Jurídica del Ambiente, y del curso de Adaptaciones Animales en la Escuela Argentina de Naturalistas dependiente de la ONG Aves Argentinas.
Mil gracias por la info
Genio Luis F uno de los profesores mas queridos en la Escuela de Naturalistas de Aves Argentina, por su seriedad, claridad, entusiasmo y enorme generosidad al compartir sus conocimientos.