Los brotes de la Enfermedad de Aujeszky (EA), detectados a comienzos de este año en establecimientos porcinos locales, encendieron las alarmas de ese sector productivo ante el temor por su impacto económico. Causada por un virus de la familia Herpesviridae, puede inducir a fallas reproductivas, muertes en lechones y disminución en la ganancia de peso de los animales.
Eso es lo que motivó a la Federación Porcina Argentina (FPA) a trabajar junto al Senasa en la elaboración de un plan sanitario tendiente a controlarla y erradicarla, que en principio iba a ver la luz antes de mitad de año.
“Se saldrá a buscar el virus. Es muy importante identificar en qué zonas y establecimientos está para proceder a su saneamiento y evitar la difusión de la enfermedad que hasta ahora está controlada”, indicaron desde esa Federación en mayo.
Sin embargo, su aprobación se demoró más de lo previsto y el sector comenzó a presionar para retomar las conversaciones, en el marco de un Plan Estratégico Porcino que proyecta cuantiosas inversiones de cara a los próximos años, con el objetivo de duplicar la producción.
La respuesta de las autoridades llegó finalmente hoy con la aprobación de la resolución 810/2025, a través de la cual Senasa estableció un nuevo “Plan Nacional de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky”. Es importante resaltar aquí que se trata de un plan que pretende actualizar un programa de control anterior, que data del año 2009.
“Dicho Programa Nacional se estructuró por etapas anuales: inicialmente, determinando la tasa de infección y clasificación de predios; luego, propiciando una regionalización geográfica, operativa y epidemiológica; y finalmente, impulsando su ejecución nacional conforme a los avances obtenidos. Transcurrieron 16 años desde su dictado, durante los cuales emergieron avances tecnológicos, epidemiológicos y metodológicos que permiten perfeccionar la prevención, el control y la erradicación de la Enfermedad”, indicaron desde Senasa.
En principio, esta nueva iniciativa –elaborada en conjunto con los privados- apunta a diferenciara los establecimientos en dos categorías: aquellos libres de la enfermedad y aquellos bajo vigilancia.
En relación con el tamaño de las unidades productivas, las que tengan más de 100 animales de la categoría cerdas y padrillos deberán realizar los diagnósticos correspondientes cada 4 meses para certificar el estatus de libre.
Los predios con una cantidad igual o inferior a 99 animales, en cambio, deberán efectuar una prueba serológica semestral para certificar como establecimiento bajo vigilancia. Este análisis será obligatorio para autorizar movimientos de egreso.
“Esta adecuación reduce los plazos de certificación de la normativa previa y alinea al país con las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), favoreciendo las negociaciones sanitarias para la exportación de productos porcinos”, afirmaron desde el ente sanitario.
Por otro lado, se incorpora la figura de Establecimiento Invernador Porcino con Protección a Aujeszky (IPPA), que podrá recibir cerdos de cualquier categoría y estatus sanitario, siempre que sean vacunados dentro de los 14 días posteriores al ingreso.
“La medida busca prevenir la dispersión del virus y limita el destino de estos animales a faena u otro establecimiento IPPA. Cabe aclarar que queda excluido el ingreso de animales a un IPPA si provienen de un establecimiento infectado”, detallaron.
Otro punto clave está en las vacunas. De acuerdo con la medida, se deberán implementar aquellas gE-negativas, esenciales para diferenciar los animales infectados de forma natural de los vacunados.
¿Y cómo se manejará Senasa ante la detección de un brote? En principio el establecimiento en cuestión quedará bloqueado para todos los movimientos, hasta que su titular eleve un plan de saneamiento obligatorio dentro de los 30 días corridos desde la confirmación del evento. Con la presentación del mismo, el predio podrá volver a realizar movimientos a faena. Mientras, los egresos a otros destinos podrán retomarse una vez finalizado el saneamiento.
La resolución no realiza ninguna mención a la forma en que este plan se financiará, aunque se estima que contará con fondos de privados. Meses atrás, se había adelantado desde el sector que a primera etapa –la más importante y costosa del plan- demandaría recursos cercanos al millón de dólares que serían aportados por las firmas del sector.
“El nuevo Plan Nacional de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky constituye un paso decisivo para la sanidad porcina, fruto del sólido trabajo articulado entre el sector público y privado, reconociendo el rol esencial de los productores y veterinarios en la detección temprana, el control y la erradicación de la enfermedad, al mismo tiempo que facilita la ejecución de políticas sanitarias nacionales más eficientes para garantizar una producción porcina más segura y competitiva”, destacaron desde Senasa.





