El foco de carbunclo en Carlos Casares despertó una polémica que bienvenida sea. La nota de Bichos de Campo que destapó el asunto provocó reacciones de todo tipo, pese a que se confirmaron todos los sucesos y a que en ella se criticó fundamentalmente que Senasa no haya avisado rápidamente a todos los campos de la zona sobre la situación detectada en el tambo El Broquel el 19 de febrero. Por eso, diez días después, el 1° de marzo, en un campo vecino se realizó una necropsia sin tomar los recaudos necesarios. Con el peligro que ello implicaba.
Publicaremos a continuación un largo descargo del jefe de los veterinarios que trabajan en el establecimiento El Broquel, Sergio Castro. En esta larga aclaración, el profesional destaca que hicieron todo lo que correspondía y que por eso lograron contener el foco de carbunclo en el establecimiento. También critica el “amarillismo” de este medio, pero eso nos tiene sin cuidado porque gracias a Bichos de Campo esta situación se conoció, que es lo más importante. Va entonces las aclaraciones de Castro y en el medio sus lecciones sobre periodismo:
“Buenos días. Me interesa hacer un descargo en relación a su artículo de los casos de carbunclo en Carlos Casares, que la verdad ya me tiene algo cansado tener que salir a explicar los comentarios amarillistas y faltos de fundamentos sólidos y de profesionalismo periodístico dando afirmaciones de cosas que ni la ciencia lo pudo determinar y lo que es más grave, opinando y poniendo en tela de juicio el accionar de los profesionales sobre algo que lejos de querer ocultar una enfermedad, fue manejado de forma muy seria, responsable y eficaz. Lo opuesto a su artículo.
Quizás tenga más impacto el amarillismo de difundir falacias, que tener que felicitar el accionar de profesionales que lograron en principio diagnosticar de forma casi inmediata una enfermedad que hacía 15 años no se denunciaba en la provincia. Lamento si en el segundo foco, tuvieron que morirse 40 animales antes de llegar a determinar que era carbunclo.
Nosotros, no solo la diagnosticamos en la tercer vaca que se nos murió, sino que fue denunciada a las 12 horas de recibir el resultado oficial del laboratorio (esto, sin saber qué sanción le correspondía al establecimiento ni al profesional actuante). Le comento que si bien el laboratorio es el responsable de efectuar la denuncia, es nuestra responsabilidad profesional enviar una muestra a dicho laboratorio de una enfermedad que casi estaba diagnosticada a campo (rápida muerte de animales, hinchados y perdiendo sangre, bazo con barro esplénico y además enviamos foto al INTA Balcarce que nos alertó del carbunclo). Si hubiera habido mala intención de mi parte, podría haber obviado la remisión de dicha muestra, pero no.
En todo momento se siguió los canales éticos y legales correspondientes, para que después venga una persona y sin fundamento alguno ponga mantos de sospecha.
El lunes 19 de febrero a las 18 horas tuve el resultado oficial de que era carbunclo y el martes 20 a la mañana estaba firmando el acta de denuncia en el Senasa.
Para ese entonces, ya todos los animales adultos y en riesgo estaban vacunados. Por supuesto que no teníamos hecha la vacunación total del establecimiento, estábamos esperando que inicie la campaña de aftosa para hacer todo junto. ¿Usted cree que se justifica hacer semejante movimiento de hacienda en un tambo, sobre una enfermedad que hace 15 o 20 años no se registran casos? Y para su conocimiento, le podría asegurar sin ánimo de equivocarme, que el mayor porcentaje de establecimientos estaban en la misma condición. Imagino que habrá chequeado en las principales veterinarias de Carlos Casares cómo se incrementó la venta de vacunas luego de los casos en la zona. ¿O no?
Una vez realizada la denuncia correspondiente en el ente oficial, ni el establecimiento, ni los profesionales son los responsables de comunicar regionalmente a cada veterinario, productor y demás personas en riesgo de enfermarse. No tengo los canales ni los teléfonos para hacerlo, así como no tengo los canales de comunicación que usted sí posee para desmentir sus conjeturas.
Me centré en controlar el problema internamente, dejando que el Senasa sea quien alerte del caso. ¿Quiere saber qué hicimos? Ya que no me lo pregunto nunca, se lo voy a comentar.
Los casos ocurrieron en un lugar determinado. En las vacas pre parto, esas 670 que vos decís. Alrededor de éstas había otras categorías pero no fueron afectadas. Se murieron dos de golpe. A la tercera nos llamó a atención la necropsia y andaba una cuarta con signos de enfermedad. Vacunamos inmediatamente todas esas 670 vacas y los 4 tambos en cuestión en dos días.
¿Sabía usted que donde ocurrieron los casos tenemos personal con atención las 24 horas (asistiendo los partos), y que eso nos ayudó a controlar la enfermedad? No. Cómo lo va a saber si no me lo preguntó. Aprovechando eso, se estableció un protocolo con toda vaca muerta, taparla con silo bolsa inmediatamente, previamente rociado con formol al 5% hasta que llegue la retro y la entierre en el lugar.
Antes de enviar las vacas (ya vacunadas obvio) a los tambos luego de paridas, se estableció tomar la temperatura a todas las paridas para comenzar tratamiento antibiótico de todas aquellas que tengan fiebre mayor a 38.5 (¿sería por carbunclo?). No lo sé. Quizás fue por la misma vacuna, Pero no fueron casos de muertes por carbunclo. Las muertas diagnosticadas fueron 7.
¿Sabía usted que en el establecimiento trabajan 5 veterinarios internos? (ninguno de apellido Biolcati, todos somos laburantes y algunos chicos recién recibidos que estuvieron laburando a mil con éste problema, yendo a las 5 de la mañana a medir temperatura, para que después venga cualquiera a difamar su trabajo). No. No lo sabía porque nunca me lo pregunto.
¿Sabía usted que durante los 15 días que tardaba en hacer efecto la vacuna, las vacas paridas que llegaban a los tambos eran aisladas en cuarentena para medirles la temperatura todos los días e iniciarle tratamiento a todas las que tengan más de 38.5° centígrados? No.. claro si a eso tampoco me lo pregunto.
Todo personal expuesto, inicio tratamiento antibiótico preventivo, aunque los epidemiólogos consultados, no nos recomendaron eso. Sino esperar a tener síntomas.
Las primeras dos vacas fueron movidas de esos corrales a un cementerio porque no sabíamos que era carbunco. ¿Sabía usted que ese cementerio se tapó primero con silobolsa y luego se echó tierra arriba porque la espora en 260 días se inactiva por la putrefacción? Tampoco lo sabía. Yo tampoco, me lo dijo Ramón Noseda.
Obviamente al cabo de una semana teníamos el 100% de la hacienda vacunada y a hoy está todo re-vacunado con una segunda dosis.
¿Sabía usted que Ramón Noseda, con quien hablé tres veces por teléfono, me recomendó ‘no asustar a la población, que era un brote bien manejado y controlado’ y que me tranquilizó dándome a conocer que la cepa, no es la utilizada en terrorismo? Que por supuesto hay que tener todos los recaudos; los mismos recaudos que debemos tener los profesionales cuando hacemos cualquier necropsia.
¿Se preguntó usted si realmente es el mismo foco replicado? Porque según lo que me dijo el verdadero especialista, a quien yo sí consulté, la espora se disemina por agua superficial y subterránea, que los bajos son un punto de riesgo, y ese campo había sufrido una inundación un mes atrás.
¿Sabía usted que estas vacas estaban rodeadas por miles de otras vacas del mismo campo que no fueron afectadas porque actuamos rápido? Pero usted se jacta de decir que ‘el mismo foco se replicó en otro campo, el que está “rio arriba” ya que el agua corre hacia el Salado. ¿No pensó que pudieron haber sido dos focos distintos, uno bien controlado y diagnosticado y otro no?. Es más fácil difamar y faltarle el respeto no a los Biolcati, sino a todos los profesionales que actuamos día a día e intentamos hacer las cosas de forma seria y responsable.
Yo lamento si la gente no cree que fueron esas 7 vacas. Pero la gente, así como usted tampoco, sabe como actuamos.
¿Sabía usted que yo le pasaba reportes por whatsapp al SENASA contándole todo esto que estábamos haciendo e incluso los invité a verificar personalmente en el campo que todo lo que les decía era lo que se estaba haciendo? Claro que no lo sabía. Nunca me lo preguntó.
¿Se preguntó cómo en un campo ‘vacunado’ ocurrió un segundo foco? ¿Eso sí le cierra? Habría que ir de cabeza al laboratorio que desarrollo esa vacuna entonces. No creo. Es más fácil poner en un medio masivo de comunicación en tela de juicio a los veterinarios que estuvimos al pie del cañón, hasta controlar la enfermedad.
Finalmente algo personal. Luego de venir de vacaciones me desayune con éste problema. El Broquel implica gran parte de mis ingresos y yo era el responsable del establecimiento y todos lo saben. A pesar de eso, en todo momento (aunque haya sido un momento de mierda) por la gente, mis hijos y mi ética profesional no dude en seguir los canales legales que se deben seguir. Sin saber la sanción que me correspondía, ni a mí ni al establecimiento, para el que en todo momento su voluntad fue la misma que la mía. Quizás otros no lo hicieron y por eso hacía 15-20 años no había una denuncia.
¿Usted no pensará que nosotros trajimos la espora en un frasquito, siendo que es en un campo donde no hay ingreso de hacienda de otros campos desde hace años? De algún lado salió esa espora que contagio a las vacas de El Broquel.
Pero éste país es así. Es más rentable difamar a los que intentamos trabajar bien, que difundir información certera. No lo sé, pero si es así, lamento si a Ud. le cae mal el apellido Biolcati, pero yo soy Castro, un laburante que puede consultar mi trayectoria. No me gusta leer que escondimos la enfermedad, cuando yo puse el pecho al problema y afronté lo que hubo que afrontar. Espero que usted tenga el valor de hacer lo mismo si alguna vez le toca algo similar en su vida profesional, aunque no se lo deseo.
Y acá cierro el tema”.
Nota de la redacción: Castro defiende su trabajo y está muy bien. Pero critica el nuestro y eso está mal. Bichos de Campo se siente muy bien por haber contado esta historia, que de otro modo no se conocería. Quizás falten detalles que incomodaron a Castro y seguramente faltan aclaraciones. Pero la función del periodismo es revelar historias, no con todos los detalles sino con los que se pudieron obtener. En todo caso, es función de los Estados contar con todos los detalles. Por lo pronto, los datos que se pudieron obtener -de varias fuentes privadas y de fuentes oficiales también- fueron más que suficientes para confirmar lo sucedido y publicar la noticia con los detalles que teniamos. Porque los focos de carbunclo existieron: uno primero en “El Broquel” y otro, diez días después, en otro campo vecino llamado “El Billar”. Y porque nadie avisó a los vecinos del peligro. Eso -que es grave- es lo que contó este medio y lo que Castro confirma en este descargo. Nadie le cargó culpas a él ni a los trabajadores. Castro ni siquiera estaba mencionado en el artículo inicial. Pero él quiso defender su trabajo y así lo hizo. Nosotros defendemos el nuestro.