Cada 5 de octubre se conmemora en Argentina el Día del Camino, en reconocimiento de los profesionales que están involucrados en su planificación, diseño y construcción. Lamentablemente, en varios municipios del interior productivo, la fecha sólo les recuerda que están a merced de los imponderables, porque, sin una red vial acorde, ya ni siquiera preocupan tanto las pérdidas productivas como las humanas, fruto de esa sideral desconexión.
Esa es la razón por la que, esta mañana, se movilizaron decenas de vecinos y productores de Carlos Casares, un partido visiblemente afectado por las inundaciones y que hoy tiene más de 110.000 hectáreas afectadas.
Detrás de ese número, hay historias familiares, productivas y personales que sufren los efectos del clima y, sobre todo, de la inacción política. Por eso, quienes pudieron llegar hasta la rotonda de la Ruta 5, hicieron una caravana hasta el Palacio Municipal y entregaron allí una carta en la que denuncian “abandono estatal” y piden por un plan de trabajo organizado.
Es tal la situación en el partido que, además de la entrega de la carta dirigida al intendente, que tuvo 596 firmas digitales y muchas otras físicas, durante el encuentro los vecinos repartieron rosarios. “Le pedimos a la gente que nos ayude a rezar. Y no es una ironía, lo digo con todo el dolor del alma porque es lo único que nos queda”, expresó la productora Delfina Figueroa en diálogo con Bichos de Campo.
Aclara que no es irónico el pedido porque el intendente Daniel Stadnik, cuando se reunieron con él en mayo, les había ordenado que rezaran para que dejara de llover. Desde ya que no surtió efecto la apelación a lo divino, porque desde entonces la situación en el partido se ha agravado. Así y todo, conscientes de que es prácticamente la única salida que les queda, no abandonan esa vía.
Hace tiempo que el reclamo en el partido excede lo productivo, porque ya no preocupa solamente que se hayan perdido cosechas o que se fundan los establecimientos, sino también las situaciones extremas que atraviesan muchas familias fruto del aislamiento. Y eso se vio reflejado en las lágrimas de los ojos de muchos de los asistentes.
“Lo que básicamente se busca es que la gente que está en el campo tenga los mismos derechos que los que están en la ciudad”, afirmó Figueroa, que señala que hoy la zona sur es la más comprometida dentro del partido, ya que no hay allí cercanía con la ruta para que acceda el personal ante una emergencia.
“Reclamamos obras durante la sequía advirtiendo este escenario: no escuchó. No hizo nada. En marzo volvimos a alertarlo y en mayo le dijimos que el riesgo excedía y excedería lo productivo. La situación actual afecta la vida, salud, integridad y dignidad de las personas de la zona rural de Carlos Casares”, expresan los vecinos en la carta presentada, que lleva el título “No es exceso de lluvia, es exceso de abandono”.
Como las instancias de diálogo ya fueron agotadas, y el resultado fue magro, el pedido ahora es que, de una vez por todas, se avance con acciones concretas. En primer lugar, solicitan la “activación inmediata de Defensa Civil y conformación de un Comité de Crisis con protocolo público”, para atender las emergencias y asistir a los vecinos varados, un trabajo que excede los recursos de la patrulla rural y la policía vial.
Además, pidieron que se avance con trabajos planificados y con las obras hidráulicas adecuadas, “con fundamento técnico y prioridades auditables” y enmarcadas en un plan de acción. Para el intendente Stadnik, el reclamo es por un “diálogo real y transparente”, porque hasta el momento, asegura Figueroa, le han escuchado decir siempre lo mismo: que no hay dinero desde Nación, y que la provincia envía lo que puede.
“Usted sabe lo que se necesita y sabe lo que no se hizo. La situación se agravó por inacción”, reza la carta presentada esta mañana.
A la caravana asistieron quienes pudieron salir de sus campos. Los que no, fueron representados por esos vecinos y productores que no se rinden en sus reclamos. “A pesar de todos los sentimientos negativos que nos invaden, de angustia, de desilusión, de abandono y de bronca, todo fue pacífico”, destacó Figueroa, visiblemente emocionada por la réplica que tuvo la iniciativa.
Cabe agregar que Stadnik afronta en paralelo una denuncia penal por incumplimiento de funciones en su rol como presidente del Comité de Cuenca A3 del río Salado.
De ahora en más, les queda esperar lo de siempre: acciones concretas del municipio. De todos modos, como consideran a esto una vejación a los Derechos Humanos -de vivienda, trabajo, salud, propiedad, igualdad ante la ley y protección frente a emergencia-, los vecinos advirtieron que no descartan avanzar con recursos legales si la situación no se normaliza.
“Desde este momento, toda lesión, agravamiento de salud, pérdida material evitable o daño a la integridad y la vida derivados de esta situación le serán reclamados a usted, señor intendente, y a los demás funcionarios que lo acompañan, quienes son responsables directos y deberán responder administrativa, civil y penalmente por omisiones y demoras. No seremos dubitativos”, alertaron en la carta presentada.