Raul Simonetti es productor de jengibre en Gobernador Roca, Misiones, provincia donde existe una cuenca productiva de esta planta tan presente, en los últimos años, en comidas e infusiones. “Los rindes son variables pero se puede hablar de unas 20 toneladas por hectárea”, explica este ingeniero agrónomo que produce entre 1 y 4 hectáreas, según el año y el clima. “Pero si se incorporan tecnología y fertilización esta cantidad se puede duplicar”.
El jengibre se produce por trozos del mismo rizoma: una fracción de 100 gramos con 3 o 4 yemas activas que se plantan a unos 40 centímetros entre sí. Cada una de estas fracciones se llama semilla y se plantan unos 4.000 kilos de semillas por hectárea en plantaciones intensivas. El especialista no recomienda producir por plantines porque esta planta es muy estacional y resulta difícil sacar buenos plantines en otra temporada a que no sea la primavera.
“En los últimos 2 años nos fue muy mal debido a enfermedades de la planta y a que el cultivo dejó de ser tan competitivos por los costos”, describe Raúl que trabaja en la chacra mientras su hermano se encarga de la comercialización. “A la vez hay mucha demanda, lo cual alentó la importación desde Brasil directo a Buenos Aires, ya que los grandes jugadores del mercado central se metieron de lleno con el jengibre y la verdad es que Brasil ofrece una calidad y precio con lo cual nos cuesta mucho competir porque aquí necesitamos más cosas, como por ejemplo sistemas de riego, algo que en Brasil no se requiere porque llueve más”.
La cosecha de jengibre es manual y es clave evitar que se rompa por dos motivos: se deshidrata más rápido y, a la vez, disminuye su apariencia estética, lo cual complica el precio de venta ya que el comprador busca un rizoma lo más grande y entero posible.
Por todos estos motivos la cosecha se realiza con cuidado y usando herramientas como azada y horquilla; se comienza en mayo y se extiende hasta noviembre, época en que la raíz está más sazonada y no tan aguachenta. Raúl vende toda su producción fuera de Misiones y principalmente en Buenos Aires.
“Este es un cultivo de cuidado: demanda mucha fertilización, que se puede hacer tanto con abonos orgánicos como guano de pollo, y fertilización química, y hay que tener buen ojo para seleccionar el material de siembra”, detalla Raúl y agrega que se requiere usar mediasombra, tener un sistema de riego, realizar el deshierbe manualmente y suele ser necesario corregir el ph del suelo para que se desarrolle de manera óptima (demanda nitrógeno, fósforo y sobre todo potasio.
“La principal limitante es una enfermedad que está en todo el mundo llamada fusarium que ataca al rizoma y cuando se parte de una semilla infectada, es decir, con esporas de este hongo, directamente el cultivo no nace”, explica. “Y si es semilla sana pero se coloca en tierra infectada el cultivo se termina infectando y no se puede cosechar. Lo bueno es que cuando nace sano no requiere una alta incidencia de aplicaciones de insecticidas ni fungicidas”.
Por todos estos motivos el Ministerio del Agro y de la Producción de Misiones apoya a los productores para fortalecer la cuenca jengibrera de la provincia. El año pasado unos 40 productores fueron asistidos para compensar las pérdidas por el déficit hídrico de 2020 con capacitaciones y semillas para plantar. Cada familia recibió 75 kilos de semilla para una superficie aproximada de 400 metros cuadrados y se espera un rendimiento aproximado de 1000 kilos de rizoma semilla de buena calidad y con sanidad, que podrán ser utilizados para la próxima campaña para cubrir media hectárea de cultivo para las familias productoras que deseen seguir ampliándose en superficie.
Este año, en el marco del Programa de Diversificación Productiva, 12 familias incorporarán dos umbráculos con una superficie total de 800 m² de cultivo bajo riego por goteo, equivalentes a dos medias sombras. Con esta plantación se espera un rendimiento aproximado de 2000 kilos de rizoma semilla de buena calidad y con sanidad, que podrán ser utilizados para la próxima campaña garantizando la misma superficie cultivada o pudiendo ampliarse aún más.
“La movida del Ministerio apoyando fue muy positiva porque se dio asesoramiento y semilla de calidad, libre de enfermedades, y se ayuda con recursos y tecnología”, se entusiasma Raúl. “Yo fui favorecido con un plan para tener un tractor a pagar a 6 años y en cuotas fijas y eso es un gran apoyo para el productor”.
Muy buena la nota,excelente la gente que a pesar de todos los inconvenientes no afloja y sigue para adelante sin escatimar esfuerzos, con el tiempo el no bajar los brazos tiene su premio.