La decisión del gobierno de Mauricio Macri de facilitar un préstamo de 400 millones de pesos para llevar a delante los planes sanitarios contra la Carpocapsa y otras plagas de la fruta en el Ato Valle de Río Negro fue bien recibida por los productores locales, que de hecho habían reclamado esa ayuda en julio pasado al ministro de Producción, Dante Sica. Pero hay dudas respecto de que ese dinero alcance y llegue a tiempo para hacer los tratamientos.
La economía regional por excelencia del Alto Valle es la producción de frutas y en especial aquellas de pepita que se cosechan en pleno verano, las peras y manzanas que son codiciadas en el mundo entero. Ahora en primavera, y con la polilla del manzano (Carpocapsa) en pleno revuelo reproductivo, cabe estar bien atento al combate y plan de lucha de esta temible plaga que puede cerrar mercados.
Desde la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén venían alertando sobre el grave desfinanciamiento que están sufriendo los productores, y que les ha impedido en las últimas campañas combatir la plaga en tiempo y forma, con el peligro que esto conlleva. En rigor, en febrero pasado la fruticultura estuvo en vilo después de que Brasil detectara varios cargamentos de manzana argentina con la plaga, y cerró por unos días ese comercio. Un sudor frío corrió por la espalda de muchos productores, ya que Brasil representa casi 30% de la demanda de esa fruta en el mercado exterior.
“En Brasil no existe la plaga y todos los embarques que van allí son muy controlados. En la campaña pasada se detectó la plaga y se cerró la frontera por 30 días en plena cosecha”, recordó Federico Sacheri, productor de peras y manzanas en Contralmirante Cordero, Río Negro, y miembro de la Federación.
Aquí la entrevista completa con Federico Sacheri:
Sacheri advirtió que “los productores estamos mal prácticamente desde el 2008 y esto ha deteriorado la sanidad de la región. Estamos haciendo todo lo posible por salir adelante y recuperar el estatus sanitario que supimos tener, pero para eso necesitamos finaciamiento porque estamos descapitalizados”.
“Desde el punto de vista técnico, el plan de cura está resuelto. Falta que el productor pueda acceder a los insumos para llevar adelante dicho programa. Que hoy cuesta cerca de dos mil dólares por hectárea”, destacó Sacheri.