Del año pasado a este el panorama cambió completamente para la producción de cítricos dulces en el litoral argentino. En 2020 la cosecha de naranjas y mandarinas fue menor por el impacto negativo del clima y eso se combinó con una mayor demanda de estos productos alentada por los temores que generó la pandemia sobre la salud. Eso mejoró bastante los precios a los citricultores, que pensaron que había quedado atrás la histórica crisis de esa economía regional.
Pero no: Este año el panorama es completamente diferente. Aumentó la producción, bajó la demanda y además hay un inflación cada vez más alta. Esto afecta al precio de los cítricos al productor y le eleva los costos. Incluso hay problemas con la disponibilidad de insumos, por los temores que hay en los proveedores a la posibilidad de reposición.
Víctor Hugo Pezzellato, presidente de la Asociación de Citricultores de Federación, en el noreste de Entre Ríos, contó que “arrancamos el 2021 con buenos precios para las primeras variedades, pero con la economía derrumbada estamos en una situación totalmente diferente”.
“Hoy tenés que hablar de precios por kilo de 4 a 5 pesos la fruta para industria, mientras que la mandarina y naranja para consumo en fresco no superan los 7 u 8 pesos el kilo”, precisó el productor.
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Para comparar la situación actual con la que se vivió en 2020, vale decir que el año pasado por esa fruta se cobraron entre 10 y 12 pesos y que a fin de temporada incluso se pagó algo más, porque quedaba solo la fruta de frio y alguna variedad puntual que todavía estaba en la planta.
Pero este año, con el inicio de la temporada en otoño, hubo un fuerte aumento de la oferta. Se calcula que la producción creció 20% y los productores están cobrando un 30% menos en términos nominales. Aunque a eso hay que agregarle la pérdida que provoca una inflación interanual que para el INDEC es de casi 50%.
“Este año el resultado va a ser muy justo. El productor va a pensar en que invierte. El año pasado se facilitó el laboreo, pero esta temporada todavía no terminamos de cosechar y ya tenemos que pensar en los insumos del 2022”, explicó Pezzellato.
Los insumos están más caros, pero además cuesta encontrarlos. “Se consiguen pero muy poco, hace unos días faltaban herbicidas y fungicidas. Y los valores están muy por encima del año pasado, por la diferencia del tipo de cambio y porque aumentaron en dólares. El año pasado por un herbicida de 20 litros pagabas entre 9 y 11 mil pesos, hoy tenés que hablar de 15 a 17 mil pesos. La suba fue de al menos 50%”, dijo el dirigente sectorial.
El otro problema que está afectando a la actividad citrícola del NEA es la falta de personal capacitado para las labores de cosecha. Es un clásico de este tipo de economías regionales eminentemente zafreras. Según explicó Pezzellato, “estamos escasos con la calidad del personal, los exportadores se quejan de la calidad de cosecha y por eso tenés que hablar de 8 a 15% de pérdida por mala cosecha, por fruta lastimada”.