Por la ubicación que tiene en el mapa, al estar aguas abajo, el partido de 25 de Mayo recibe la mayor parte del afluente que llega de las localidades más comprometidas, como 9 de Julio, Bragado y Carlos Casares. Eso es lo que complica particularmente la situación de muchos productores de la zona, que se ven, en cierta medida, cercados por el caudal que se viene y queda estancado por la falta de obras sobre los canales principales.
A pesar de ello, curiosamente, esa localidad no integra la lista de los municipios alcanzados por emergencia agropecuaria en territorio bonaerense, lo que imposibilita a los afectados acceder a medidas de alivio económico y a la propia administración local a fondos extraordinarios y obras urgentes.
“El problema nuestro es que el agua no deja de entrar, pero luego se estanca y no corre”, explicó, en diálogo con Bichos de Campo María Gómez Alzaga, una productora de la zona que, como otros tantos, vive en carne propia ese flagelo.
Días atrás, el intendente de 25 de Mayo pidió formalmente al Ministerio de Desarrollo Agrario que declare en emergencia la situación de su red vial e incorpore al partido dentro de la nómina de localidades comprometidas, entre las que sí están, por ejemplo, Hipólito Irigoyen, 9 de Julio, Carlos Casares, Bragado, Chivilcoy y Junín.
Cabe destacar que, de por sí, la resolución firmada por el ministro Caputo ya llegó varios días más tarde de que el gobierno bonaerense lo solicitara.
Pero, además de las medidas de alivio económico, el mandatario Ramiro Egüen también señaló como prioritario que Hidráulica provincial limpie y profundice el Canal del Medio y el Gato, ensanche el canal Santos Unzué y proyecte cuanto antes las canalizaciones pendientes del Vallimanca II y Garbarini.
Todas esas obras permitirían que todo el agua que llega de municipios aledaños no se estanque en 25 de Mayo, pero a la vez, y desde ya, requieren de un trabajo conjunto entre autoridades de todos los distritos para que el problema no se traslade a otra localidad. Es un plan de acción macro que, hasta el momento y en semejante situación crítica, no se ha observado.
Quienes peor la pasan hoy son, justamente, los productores y familias que están instalados en el medio de ese mapa. Días atrás, en diálogo con Bichos de Campo, una productora de Olascoaga advertía que tanto esa localidad del sur bragadense, como la de Comodoro Py hoy pagan los platos rotos, porque son una suerte de “laguna” en donde llega el agua de otros partidos pero no fluye más abajo hacia 25 de Mayo.
María Gómez Alzaga es oriunda de Comodoro Py y tiene su campo en los límites con los pueblos de Patricios y Morea, ambos del partido de 25 de Mayo. Como allí confluyen varias jurisdicciones, se hace aún más cuesta arriba poder tomar decisiones conjuntas y, al día de hoy, estiman que hay unas 15 familias comprometidas por la falta de caminos y muchos otros productores que ni siquiera saben qué esperar a futuro.
Este fin de semana, el hermano de María, Martín, tuvo que ser remolcado por un tractor cuando intentaba llegar a su campo en el único camino que quedaba en pie. Evidentemente, ese tramo de 7 kilómetros que va al costado de la vía tampoco es ya transitable.
“En mi caso, hace desde marzo que para entrar al campo cruzo por el lote de tres vecinos y hago 15 kilómetros por dentro”, señaló María. Ese mismo camino tuvo que hacer para arriar sus animales a pie algunos meses atrás, cuando la situación era tan extrema que no podían siquiera ingresar los camiones.
Al día de hoy, sin embargo, la situación no ha mejorado, sino todo lo contrario. “No hay campo que logre absorber y asimilar el agua, ya es un gran mar que corre fuera de los canales”, describió la productora, que junto con sus vecinos pone dinero de su propio bolsillo para mantener ese camino interno y mira con preocupación lo difíciles que serán los meses venideros.
Por más que no signifiquen un salvataje extraordinario, medidas como la emergencia agropecuaria pueden aliviar algunas cuentas, que están al rojo vivo por la imposibilidad de producir y probablemente lo sigan estando por los efectos a mediano y largo plazo de esta emergencia. De allí viene la insistencia de los productores de 25 de Mayo hacia el gobierno bonaerense.
En el caso de Alzaga, por ejemplo, la preocupación concreta hoy es qué sucederá con el ganado, pues la producción agrícola está por ahora en “stand by” porque no hubo campaña fina y aún no puede ingresar la maquinaria para iniciar la gruesa. “No hay piso. Se tendría que ir un montón de agua para poder trabajar”, explicó la productora, que señala que “la situación es mucho más complicada que lo que se ve en las fotos”.
En cuanto a la producción animal, lo concreto es que, sin haber podido sembrar pasturas, los productores de la zona sobreviven a fuerza de reservas o se endeudan para comprar más rollos, ya que es la única forma de alimentar al ganado.
“El gran problema es que si no pueden entrar las máquinas y hacer un verdeo habrá que salir a vender hacienda porque no sabemos qué le vamos a dar de comer. Eso es lo que hoy nos desvela”, expresó Alzaga, que afirma que están “rezando” para que queden preñadas las madres, ya que perdieron muchos kilos estos meses.
“Si logramos que el agua se vaya, la piloteamos. Si seguimos en esta situación, uno ya ve el próximo año negro”, lamentó.
Casos como el de María abundan en la zona. Y si bien muchos productores pueden verse cara a cara con las autoridades y reclamar por su situación, no reciben más que respuestas vagas desde los municipios, donde la capacidad de acción está muchas veces cercada por lo que sucede en localidades aledañas o la falta de planes concretos desde la provincia.
Los tiempos de la política corren a su ritmo, pero los de los productores también, y difícilmente coinciden. A la espera de que se limpien alcantarillas, arreglen caminos y drenen canales, hay quienes, a diario, evalúan cómo harán para sobrevivir las próximas semanas.