¿Qué ha sido peor para el negocio agropecuario? ¿La suba de las retenciones, la caída de los precios internacionales, el regreso de Cristina a escena, o la pandemia del coronavirus?
Por ahora lo que sabemos es que la confluencia de estos factores políticos, sanitarios y económicos tiene a los productroes agropecuarios argentinos a mal traer, con el cabalo cansado. Lo confirma el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, al informar los resultados de su Ag Barometer Austral, una medición sobre la confianza que siente el productor argentino que mueve el tablero, con sus inversiones, decisiones y ventas.
Más que la confianza, en las últimas ediciones lo que se ha medido es el pesimismo. Este gráfico de barras, por más que no se entienda demasiado, resulta muy elocuente. Los empresarios del campo están para atrás:
“El Índice confirma el nivel de pesimismo actual de los productores, luego de la marcada caída que venía mostrando en las últimas ediciones. El índice de confianza total está en un valor de 52, igual al valor mostrado en enero, el piso de la serie”, explicó la Universidad Austral. O sea que no toda la culpa la tiene el coronavirus, que irrumpió entre nosotros tiempo después. La asunción de Alberto, y sobre todo de Cristina, ya habían provocado un desplome de las expectativas en el negocio agropecuario a partir de diciembre pasado.
De todos modos, del Ag Barometer (se construye sobre las respuestas de 400 productores que facturan más de 200.000 dólares) surgió que “la crisis del Covid-19 parece haber hecho cambiar de planes a los productores, ya que el 64% plantea la postergación de inversiones y restricción de gastos, en tanto 28% sugiere que las decisiones de inversión y gasto no se verán afectadas”.
“Sólo un 9% de los productores ve una oportunidad en medio de la pandemia y, dentro de estas oportunidades, 28% identifica ventajas crediticias, 25% promociones en insumos y 31% otras oportunidades de negocios”, explicó el documento.
Descargar aquí el Informe-Ag-Barometer-Abril-2020-1
Este termómetro del humor sectorial se construye a la vez con varios índices. El de Condiciones (que incluye la situación financiera actual comparada con la de un año atrás, y la oportunidad para realizar inversiones en activos fijos) se recupera levemente respecto al mínimo histórico de enero 2020, aunque sigue muy negativo con un valor de 50. Esto es que “el 58% de los productores piensa que están peor financieramente, y sólo 27% de los productores considera que es un buen momento para realizar inversiones”.
El Índice de Expectativas Futuras es el que más dramáticamente ha caído desde su máximo en julio 2019, cuando todavía el macrismo sentía que podría ganar las elecciones y aspirar a una reelección. Al respecto, la Universidad Austral indicó que esta medición “es altamente preocupante”. Esta medida de las expectativas alcanza los valores mínimos de la serie, con un valor de 54 (notoriamente por debajo de 100, que representa el nivel de neutralidad).
Hay otros datos interesantes que surgieron del trabajo:
- El 82% de los productores indica que el funcionamiento habitual de trilla y logística en sus zonas no ha cambiado sustancialmente y se ha movido con normalidad.
- El 47% indica que los rindes serán los de un año promedio, 25% indica que tendrá rindes algo o considerablemente mejores y 28% algo o considerablemente peores.
- El 70% de los productores señala un resultado peor o mucho peor en relación a la campaña pasada. Sólo 8% de los productores indica que el resultado será mejor que el del año previo.
- El 28% de los productores indica que deberán vender más del 80% de su producción de granos antes de julio, a fin de cubrir sus compromisos de cosecha.
- El 56% de los productores planea usar el excedente de producción para comprar insumos, en tanto que un 30% manifiesta que lo almacenará sin precio fijo.
- El 93% de los productores prevé que los alquileres estarán en niveles similares o algo inferiores en la próxima campaña, a tono con la rentabilidad más acotada.
Excelente analisis….