En agosto pasado se oficializó, por primera vez en la historia de la Argentina, la creación de una dirección nacional de Agroecología en el Ministerio de Agricultura. El ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá, considerado otro de los padres de la agroecología en el plano local, ya está haciendo algunos trámites burocráticos para asumir ese cargo, que hasta hace pocos años resultaba impensado.
De entrada, en diálogo con Bichos de Campo, el presidente de la Red Nacional de Municipios que fomentan la agroecología (Renama), considera que esta decisión refleja que hay mucho interés de parte de los consumidores por conocer la forma en que se producen los alimentos, pero también de parte de muchos productores, que comienzan a revisar su estructura de costos y sus prácticas diarias en el campo. En ese sentido, lanza una primera definición tajante sobre la agroecología: “No es retroceder sino avanzar hacia algo diferente”, afirma.
“La agroecología se está consolidando de a poco y su demanda es cada vez más grande. A su vez, hay que sostener la soberanía alimentaria de cada comunidad. El Estado debe propiciar el debate y por eso me parece atinada la creación de una dirección nacional de Agroecología”, dijo Cerdá, quien se involucró con este tema de trabajo desde el año 1996 luego de recibirse de agrónomo en la Universidad de La Plata.
Mirá la entrevista completa a Eduardo Cerdá:
El modelo actual de agricultura lleva, de acuerdo a Cerdá, a la concentración. “Vos fijate que cuatro empresas manejan el 75% del mercado de agroquímicos, y lo mismo pasa con la maquinaria. Y no es lógico que el 70% de nuestra superficie agrícola sea ocupada por solo dos cultivos. El productor tiene que entender que si se diversifica, diversifica su suelo”, remarcó.
“No creo que el modelo agrícola actual aguante mucho más. El INTA establece que hemos perdido entre el 40% y 50% de la materia orgánica del suelo. Todo país o cultura que perdió su fertilidad no existe más. Si no empezamos a mirar cómo cuidarlo con la expectativa de mejorarlo, es muy difícil que generemos plantas sanas. Sino tendremos que usar más agroquímicos para compensar, y así no podremos tener nunca un sistema inmunológico fuerte. Esto tiene que ver con tu comida”, resaltó Cerdá.
Como muestra del creciente interés, el agrónomo recordó que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizó una capacitación el año pasado que estuvo dirigida exclusivamente a descubrir qué es la agroecología, cuáles son los diferentes enfoques y cómo se traduce en prácticas agrícolas. Se inscribieron unos 40 mil participantes y en la segunda edición ya eran 100 mil.
Los inicios de Cerdá como promotor de la agroecología se ubican en Tres Arroyos, donde fue director de Producción del municipio y luego director del Plan Estratégico del mismo, a fines de los noventa. “Ahí ya hablábamos de agroecología. Yo fui alumno de Santiago Sarandón, y años más tarde, me invitó a editar un capítulo de su libro, que consistía en contar los desafíos de una gestión municipal sustentable: el caso Tres Arroyos. Ahí dejamos muy en claro que los costos por producir se iban a disparar”, relató Cerdá.
El agrónomo de la UNLP destacó que “Tres Arroyos, era en ese momento, la capital nacional del trigo y un lugar donde se fertilizaba. En ese momento, cerca del 2000, con varios productores discutíamos que de seguir con ese esquema, los costos iban a triplicarse. Y en efecto, producir una hectárea de trigo que costaba entonces 100 dólares, pasó a costar 400 dólares en 2015”.
Lo que más le llamaba la atención a Cerdá era que en sólo 10 años los productores argentinos pasaron a duplicar sus costos para producir, mientras que -mirando los modelos productivos actuales-, no creció tanto la productividad media de los cultivos. En el caso del trigo, “hoy la media en Tres Arroyos anda entre 4 mil y 5 mil kilos la hectárea, cuando el costo está entre 3 y 4 veces más que lo que salía en los ´90, entre 300 y 400 dólares”, manifestó.
“En su momento llegamos a calcular el PBI de Tres Arroyos, y el mismo era equivalente al de un pueblo de Suiza, teniendo 14 bancos con sólo 60 mil habitantes. Eso hablaba de un municipio que movía plata. Bueno, yo advertía que si bien el municipio tenía suelos muy buenos, sólo el 14% de esos suelos eran clase 1, y el resto eran clase 2, 3 o 4. Que antes teníamos 12 cultivos o productos y que ahora nos achicábamos. Y a la vez, que estábamos perdiendo los cultivos recuperadores de fertilidad, reemplazando la fertilidad que nos daban las pasturas por fertilizantes químicos”, explicó Cerdá.
Atento a todo esto, Cerdá comenzó a trabajar para lograr un modelo de transición hacia la agroecología en el establecimiento “La Aurora”, un campo de 650 hectáreas ubicado en el sur bonaerense, que fue premiado por la FAO como una de las 52 experiencias mundiales de explotación con agroecología, porque ya no utilizan agroquímicos y obtienen rindes superiores a otros campos con modelos tradicionales de agricultura.
El establecimiento fue adquirido en 1981 por Juan Kiehr y Erna Bloti, y hasta 1997 el modelo agropecuario seguido también era el tradicional. La fecha coincide con la introducción de la soja transgénica en la Argentina. Ellos viraron hacia la agroecología con ayuda de Cerdá y otros técnicos como Martín Zamora, que hoy maneja los programas agroecológicos del INTA. Allí, cuenta Cerdá, se bajaron los costos directos por hectárea en la zona, que en manejo convencional eran de 350 dólares a unos 100 dólares bajo el manejo agroecológico. Este ahorro de 250 dólares es el que se traduce en una mejoría del margen bruto.
El presidente de Renama admitió que hace 25 años no veía la dimensión que tomaría por estos días la movida agroecológica. Pero aclaró: “Decíamos que esto iba a ser como el cigarrillo. Antes los colectivos traían ceniceros. En un restaurante era impensable pedir que dejaran de fumar y hoy pasa lo mismo. No es lógico que los cultivos tengan agroquímicos, y los tenemos en el suelo, en el aire y en las nubes”.
Acerca de los cultivos transgénicos, Cerdá consideró que “todos perdieron calidad alimenticia”. Remarcó que “38 países de la Unión Europea ya los prohibieron, y a su vez, la Unión Europea ya estableció que quiere bajar en un 50% el uso de agroquímicos”.
Para Cerdá, a partir del agotamiento del modelo anterior, es posible producir cuidando el suelo con rendimientos similares y menores costos. “Así tendremos mejor balanza y la posibilidad de acceder a más mercados. Tenemos que tener la mirada de que el campo debe dar valor agregado”, concluyó.
Excelente artículo, por fin personas que piensan coherentemente sobre la vitalidad de los suelos, la perspectiva futura, la alimentación y la salud de los ecosistemas. Ni que hablar de nosotros y los que vendrán!!
Que todos los meses cobran del estado guita que el estado le saca a los que producen de verdad y generan de verdad para mantener charlatanes , yo ya hace años que le pido que implementamos la fórmula de la felicidad (que ellos venden ) y no me la pasan…y eso que les ofrezco repartir las ganancias.
Querido, vos leíste bien el artículo? De onda te pregunto. Que el Estado haya creado (por fin) un ministerio para apoyar a productores con bajos costos de producción y cero contaminación ambiental es un avance enorme! Que va a beneficiar a tu ecosistema y por ende a tu salud y la de tus seres queridos. Este es el futuro…”los que producen de verdad” sólo tienen intereses individuales y poca empatía para con el resto. Leé bien la nota y mirá el video. Te lo recomiendo.
“sarasa” .no tiene ni 1 sola dato valido .Profeta de la ilusion. toda la vida enganchado en puestos estatales. jamas produjo 1 solo grano. le pagan para sembrar cucos y mitos. Agroecologia: la ciencia que estudia como llenarse de malezas y bichos rapidamente y fundirse en poco tiempo.
que cada productor haga lo que le parezca; todos saben que hay que hacer mas maíz y trigo para agregar mas Materia Orgánica a los suelos que había bajado por que debido a las malas políticas se había desnivelado por muchos años de soja. El país podría apuntar a 200 millones de toneladas ya, aumentando la fertilización y con buenas políticas. la Agroecología quedará para unos pocos, pero cada uno es dueño de sembrar lo que le parezca.