El gobierno puso serias limitaciones a que se declaren nuevas exportaciones de maíz producido en la campaña 2020/21 -que casi constituyen un cierre total de ese mercado hasta que llegue la nueva cosecha en marzo de 2022- amparado en el argumento de que las cerealeras habían anotado DJVE (Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior), por el total del saldo exportable previsto para este año.
¿Qué es el saldo exportable? La diferencia entre la oferta total de un bien (en este caso maíz) y su demanda interna. Desde hacía rato que el Ministerio de Agricultura había estimado ese indicador en 38,5 millones de toneladas, uno de los saldos de exportación más abultados en toda la historia agrícola local. La última vez que se publicó oficialmente ese dato fue el 24 de septiembre, en la estimación mensual de la cosecha 2020/21.
Como se verá en el cuadro de Agricultura, los cálculos de maíz disponible para la exportación eran de 38,50 millones de toneladas. Ese saldo surgía de restar a la oferta (un abultado stock inicial de 5,88 millones de toneladas más un cosechón calculado oficialmente en 60,5 millones de toneladas) las cantidades de maíz necesarias para atender sin sobresaltos el consumo interno.
¿Y cuál sería ese consumo? En Agricultura se calculó que la industria que absorbe maíz para la molienda húmera (por ejemplo, para eleborar la fructosa de las gaseosas), la molienda seca (para hacer la famosa polenta) y para la elaboración de bioetanol (que se utiliza para cortar la nafta) demandaría un total de 3,85 millones de toneladas, apenas un puchito más que en años anteriores.
El fuerte del consumo de maíz, unas 17,5 millones de toneladas, provendría de quienes convierten ese grano en carne y leche. La estimación oficial para esta campaña tampoco alteraba demasiado las cifras de demanda de avícolas, porcinos, feedlots, tambos y otros sectores pecuarios menores.
Es decir que la demanda interna representaba apenas 21,3 millones de toneladas, el 32% de la oferta total cercana a 66 millones de toneladas.
¿Cómo puede suceder entonces que la Argentina cierre sus exportaciones cinco meses antes de la próxima cosecha? Aquí el argumento oficial es que las cerealeras se apuraron en anotar sus negocios con el exterior y ya superaron la semana pasada el saldo exportable previsto. Y en efecto, la semana pasada ya se habían presentado DJVE por 38.595.847 toneladas de maíz. La mayor parte de ese volumen se exportó entre marzo pasado y septiembre (a un ritmo promedio de 4 millones de toneladas mensuales). Pero todavía quedan mucho barcos por cargar hasta febrero de 2022 que ya cuentan con los permisos.
En rigor, como se ve en el cuadro anterior, hasta la primera quincena de septiembre solo se llevaban embarcadas efectivamente 26.152.442 toneladas de maíz. Quedaban más de 12 millones de toneladas para cubrir el famoso saldo exportable.
De todos modos, las cerealeras ya tienen compradas de los productores unas 38 millones de toneladas y solo les resta adquirir medio millón de toneladas más para cubrir sus compromisos. Es decir, el cierre casi no las afecta. Lo que puede suceder ahora es que los precios bajen para el productor por falta de puja en el mercado.
Desde el vamos, lo que hay que remarcar en base a estos números, es que no parece existir riesgo alguno de desabastecimiento en el mercado interno que justifique una decisión tan abrupta como la que se ha tomado ahora, y que las autoridades técnicas del Ministerio de Agricultura atribuyeron a “órdenes recibidas de la Superioridad”, una instancia que no es identificada. ¿Quién dio la orden? Como con casi todo en este gobierno, jamás se sabrá.
Alerta comercial: Se completó el cupo de exportación tácito de maíz 2020/21
Como sea, el nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, no puede hacerse el distraído. En los últimos días caracterizó como “bienes culturales” no solo a la producción de carne vacuna (que ya se encuentra cupificada) sino también al trigo y el maíz. Esto implicaba, en su coloquial lenguaje, que serían productos monitoreados permanentemente, de modo tal de evitar situaciones de desabastecimiento. Al parecer, al gobierno se le encendieron ahora las luces amarillas.
Pero hay otro número clave para dudar de que la decisión tomada este lunes feriado por el Ministerio de Agricultura no tenga connotaciones políticas (la omnipresente pulsión del kirchnerismo por provocar al sector agropecuario). Es el remanente o ‘carry over’ de maíz que, luego de haber utilizado el grano disponible para exportar y atender el consumo interno, quedaría -según las cuentas oficiales- para ingresar sin sobresaltos a la campaña 2021/22.
Ese remanente, en el cuadro de oferta y demanda que abrió esta nota, está calculado en 6,53 millones de toneladas. Es maíz que sobraría, como reserva. La cifra es más de 10% superior a las 5,88 millones de toneladas que habían quedado como saldo de la campaña anterior. Y mucho mayor todavía si se la compara con la de hace dos años, que era de solo 4,75 millones de toneladas.
Por eso la pregunta es pertinente: Si sobraba tanto maíz ¿por qué cerraron ahora la posibilidad de concretar más exportaciones?
Me parece que luchar contra lo establecido y que no viene solamente de estos ultimos 2 años, sino que viene de experiencias anteriores, para un lado y para el otro de los sub/sobre registros es al ñudo.
El carry out de cosecha va a ser enorme, y eso va a poner presion, pero al gobierno claramente le interesa bajar los precios domesticos, y si algun funcionario dice estar del lado de el productor, suena como minimo sospechoso.
No quiero ser inocente, pero me da la sensacion que si subieran 3% las retenciones, tendrian mayor recaudacion. Tenemos un año complicado en cuanto a oferta/demanda regional, siendo que lo que era la quiebra de cosecha brasilera no fue tan grave, y como siempre termina apareciendo maiz en cuanto los exportadores vecinos suben los precios domesticos.
No politizar las medidas, sino mas bien jugar con las reglas que ya existen es mas inteligente.
En un pais donde existen derechos (impuesto) de exportacion, quejarse de un cierre o limitacion en lo que el gobierno calcula como saldo exportable es bastante estupido.
Economia quebrada, productor paga. Esto es una nimiedad.