La suba de las retenciones del 7 al 15% en la harina dejaría a la Argentina sin posibilidad de exportar ese alimento a los dos únicos mercados que actualmente lo compran, que son Brasil y Bolivia, ya que implicaría un costo adicional de 30 dólares por toneladas imposible de absorber por los establecimientos molineros.
Lo advirtió la Cámara de la Industria Molinera (CIM), que nuclea a empresas molineras de Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires y representa cerca del 60% de la molinería nacional. Por eso, en un documento, reclamó “con urgencia” la quita de los derechos de exportación a la harina de trigo y también a los pellets de afrechillo de trigo, otros de los subproductos exportables de la actividad.
“La molinería argentina tiene la posibilidad cierta de convertirse en un pilar de la recuperación económica del país, ya que posee una capacidad ociosa instalada de aproximadamente el 50%”, señalaron desde la entidad en un comunicado.
POSICIÓN CIM sobre AUMENTO RETENCIONES v Final
“Podemos llegar a exportar hasta alrededor de 5,5 millones de toneladas de harina de trigo al año, teniendo en cuenta que actualmente sólo exportamos alrededor de 600 mil toneladfas. Para lograrlo, necesitamos que desaparezcan los Derechos de Exportación (DEX), no que se los aumente”, insistieron.
El proyecto ómnibus de Javier Milei en el Congreso implicaría elevar los derechos de exportación al 15%, igualando las alícuotas con las del trigo. Por lo tanto, no habría ningún estímulo para agregar valor al cultivo, convertirlo en harina, y mucho menos exportarlo. La industria molinera absorbe cada año unas 6 millones de toneladas, pero la inmensa mayoría de la harina producida está destinada al mercado doméstico. Desde hace años que la exportación es una asignatura pendiente.
En las escasas exportaciones, los principales destinos actuales son Brasil y Bolivia. Peor la CIM explicó que “los volúmenes vienen decayendo año a año, sobre todo debido a la brecha cambiaria que favorecía el contrabando en detrimento de la exportación”.
El resto de los destinos potenciales, como el África Subsahariana, Sudeste Asiático, América Central y Caribe y otros países de Sudamérica, presentan dificultados. “Cargamos con desmesurados costos logísticos y de fobbing. Y además, somos castigados con un 7% de DEX, cuando nuestros competidores no tienen que soportar esas cargas, por el contrario, siendo que algunos subsidiados por sus gobiernos como el caso de Turquía, nuestro principal competidor”, indicaron desde la Cámara.
Según esta visión, existe capacidad ociosa para moler trigo para atender el consumo de dos Argentinas. Por lo tanto, sería fácil exportar los excedentes obteniendo un 20% más de divisas que si se exporta el trigo sin procesar.