Supongo yo, quien escribe esta nota, que los seis hermanos Toller fueron educados cuando eran chicos sin demasiadas chances de quejarse y refunfuñar, en un ambiente de trabajo y solidaridad familiar. Supongo esto porque en la breve visita que realicé a su establecimiento citrícola ubicado en Federación, en el noreste de Entre Ríos, lo que percibí fue que nadie bajaba los brazos a pesar de que esta economía regional está viviendo una crisis profunda, de esas crisis capaces de generar desaliento incluso en las personas más luchadoras.
Evité preguntarle a Dario “Negusi” Toller sobre su infancia, aunque quizás la próxima vez debería hacerlo. Negusi estaba tan ocupado en ese momento que no había demasiado tiempo para perder. Ese día, hace algunos días, los seis hermanos Toller estaban concretando su primera exportación directa (sin intermediario) de naranjas a la Unión Europea.
“Es un esfuerzo bastante grande porque nosotros somos una Pyme chica”, me dijo Negusi, que trabaja junto a sus cinco hermanos en la empresa Toller Hermanos, que produce cítricos sobre 500 hectáreas propias y alquiladas, que años atrás montó su propia planta de empaque y que ahora se dedica también al negocio de la exportación, sin intermediarios.
Solo una de los seis hermanos Toller no está dedicada a full a esta empresa familiar que ya lleva tres generaciones y que le da trabajo a 100 personas. Pero eso sucede porque tiene un permiso especial de sus hermanos para trabajar solo medio día con ellos. Sucede que es maestra y la otra mitad de la jornada prefiere seguir dando clases.
Mientras en el campo se cosecha y en el empaque van cargando los bines de fruta fresca para enviar a Europa, Darío me cuenta que “siempre” hicieron algo de exportación, pero “antes cosechábamos la fruta de la planta y se la vendíamos al exportador”. Es decir, formaban parta del pasamanos. La decisión de avanzar con el empaque tuvo que ver con esto, con comenzar a manejar todos los hilos de su negocio.
Mirá la entrevista completa con Negusi Toller:
“Primero empezamos con el empaque propio para el mercado interno. Y el año pasado hicimos una prueba piloto para ver si nuetro ‘packing’ daba para hacer el proceso de exportación. A principios de año decidimos viajar a la feria de Berlín y conseguimos un par de clientes. Viendo el panorama complicado que se presentaba para la campaña de este año, finalmente decidimos empezar a hacer nuestro desarrollo de exportación”, cuenta este hermano Toller como si fuera sencillo. Ya llevan mas de 100 mil cajas de cítricos exportadas y ahora debutaron en Europa.
-¿Y por qué decidieron integrarse hacia arriba de la cadena?
-El mercado te va llevando. Cuando vez que el mercado interno está saturado tenes que buscar estas alternativas. Negocios para hacer hay un montón, hay que saberlos buscar. Las oportunidades siempre están. Con esta devaluación que tuvimos somos un poco más competitivos. Lo que pasa es que somos una pequeña Pyme, estamos en la Argentina y todo cuesta un montonazo.
Darío Toller, productor de Federación, repite que no es imposible la competencia en el exterior, aunque no resulte nada sencilla. Hay que tener claro que “nosotros en el mundo somos un oferente mas, y a veces no podemos exportar porque somos muy caros”.
-¿En qué somos caros?- le preguntamos.
-En toda la cadena, la mano de obra, todos los insumos son dolarizados, tenemos una carga impositiva muy alta. Además hoy aparecieron nuevos competidores en el mundo que hace 15 años no estaban. Perú es un caso, es el productor casi número 1 en mandarinas, con costos mucho más bajos. En naranjas, competimos directamente con Sudáfrica, que produce muchas más toneladas por hectárea que nosotros.
Los Toller, es indudable, parecen haber sido criados en un familia donde los “pero” estaban prohibidos y no había posibilidad de poner excusas ante algún desafío. Afirmó Darío que las dificultades son cotidianas. Pero repitió de inmediato: “Creo que hay oportunidades”.
“Hoy en día, en nuestra empresa estamos trabajando en los dos frentes. Somos el paradigma de las nuevas empresas que tienen que surgir acá en la zona. Hay que mirar un poco a la exportación y después precisamos el mercado interno, que es muy grande. Ahí necesitamos que mejore el poder adquisitivo de toda la gente para que consuma el cítrico”, nos dice.
-¿Y qué necesitan este tipo de empresas de la política?- insistimos.
-Bajar las cargas impositivas es fundamental para las economías regionales. Y los aportes patronales. Nosotros podríamos tomar más mano de obra, estamos precisando más gente. pero a veces no la podés tomar por los costos que eso tiene.
Negusi agregó que otra necesidad es el financiamiento. “Con las tasas que tenemos, no podemos entrar en ningún banco, para comprar una maquinaria nueva, un tractor, o hacer riesgo”, explicó. También pidió líneas de prefinanciación de exportaciones.
-¿No estás pidiendo subsidios?
-Es que no, porque nosotros lo que necesitamos es rentabilidad. Subsidios no necesitamos. Necesitamos que el negocio sea rentable y yo creo que hay herramientas para poder llevarlo adelante. Hoy la citricultura en nuestra región cumple un rol social. El político tiene que tener esa mirada en cuanto a la citricultura y el resto de las economías regionales.
La alta presión impositiva contamina toda la economía…….hay que tener en cuenta cuánto más le rendiría el sueldo a cada persona si se redujera drásticamente el gasto público descomunal que hay hoy y se disminuyera en forma importante la presión impositiva……el poder de compra de cada asalariado aumentaría sensiblemente…….ese componente de los costos es fundamental bajarlo…..
Grande!!!. Así se hace!!!. En el comercio, en la industria, en el campo…Doscientos años dependiendo del puerto central, cuando tenemos todas las herramientas para hacer lo que queramos. ESO ES FEDERALISMO!!!!